Nueve y veinte de la noche y comenzaba a caminar la comitiva en conmemoración al Cincuentenario de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de los Dolores Coronada. Tuve la suerte de que aún quedaba rayos de sol, que daban una poca de luz para poder admirar el maravilloso manto de las palomas que llevaba la "Señora" de Córdoba. En el paso con los faldones también azulones, era una estampa distinta a la que normalmente vemos los Viernes Santo, la verdad que me gustó.
Con un caminar tranquilo y con una marcha por chicotá tuvimos la suerte de disfrutar de la "Señora". Por mí, me hubiese gustado que durara un poco más, porque seguramente no estaremos dentro de cincuenta años para volver a vivir una jornada como la de ayer y si lo estamos nuestra condición será peor que la actual.
No voy a decir lo que no me gustó, que hubo algunas cosas, porque Ella, es más que algunos "personajes", que ellos solos se clasifican con sus formas y maneras, pero ayer lo importante era Ella.
Colgaduras por su recorrido con la bandera de España donde se podían leer frases en honor a Ntra. Sra. de los Dolores Coronada, alguna petalada hubo en el recorrido, pequeñas, pero las hubo, aunque Ella se merecía una lluvia de pétalos por todas esas suplicas, promesas, rezos, peticiones, gracias que su gente de Córdoba le piden casi a diario.
Una jornada histórica, y sino pudo disfrutarla todo lo que quisiera dentro de poco más de un mes, volverá a salir por Córdoba con la Magna Mariana. Seguiremos disfrutando de Ella, con Ella y por Ella. Gracias por todas la bendiciones que reparte a los que de una manera u otra, le seguimos rezando para que si nos caemos sea quien nos siga ayudando en el caminar de la vida.
Pachi Giraldo
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