OTRO
AÑO MÁS QUE PASÓ
Pues
cuando estamos a poco más de 48 horas de que finalice otro año más
que pasó, se me vienen muchos recuerdos de los grandes momentos
vividos en dicho año. Tanto buenos como no tan buenos, de todo hay
en la viña del Señor. Y de esta guisa, vamos a despedir este año
2017 y volveremos a dar entrada a un 2018, que lo tendremos llenos de
nuevas expectativas, de nuevos sueños, de nuevos proyectos, de
nuevos objetivos, de nuevos...
Este
año que se va, ha sido un año muy especial por muchos motivos
particulares. Ver como tu hija termina sus estudios con unas notas
impresionantes. Ver como la ilusión de dos jóvenes por formar una
nueva familia, con la pasión, entusiasmo, alegría que lo hicieron,
te hacen darte cuenta que la vida lleva una velocidad de crucero que
es casi imposible de frenar por parte de nosotros mismos. Sólo una
serie de detalles a un nivel excepcional es la que te pueden hacer
ver lo cruda y real que es la vida misma, en tan sólo un abrir y
cerrar de ojos.
Momentos
duros y difíciles y no por ello intensos, unos más agradables y
otros no tanto, pero como dije antes, como la vida misma. Quizás con
un cambio de aptitud y de actitud, se puedan superar muchas
dificultades, por mucho que pensemos que no vamos a ser capaces de
superarla. De esta manera, ha pasado este año 2017.
Así,
cada uno haremos nuestro epílogo del libro que durante este año
hemos ido amasando con nuestras acciones, etc. Así si tienen un
momento en este fin de semana que a la misma vez será el último del
año, echen un vistazo hacia estos últimos 365 días y siendo
objetivo miren como les ha ido y si estuvo bien o no. Cada uno de
nosotros veremos en nuestro interior si fuimos como dijimos, se
acuerdan por estas mismas fechas hace un año. Como siempre hacemos y
pocas veces cumplimos.
En
el aspecto cofrade ha sido un año que ha tenido de todo, como creo
yo que tienen todos los años. Habrá matices que lo decanten para un
lado u otro, pero en función de cómo hayamos sido cada uno de
nosotros, así analizaremos -también si somos capaces- como nos
deparó.
Un
asunto del que se ha hablado últimamente con frecuencia. Comentan
que hay demasiadas salidas extraordinarias, en los últimos años. La
verdad sea dicha que sí. Pero yo soy de los que me gustan y que haya
aún más. Claro siempre y cuando tengan un motivo justificado y se
realicen con un verdadero sentido, no sacar por sacar. Y porque me
gustan que haya estas salidas extraordinarias, pues por el sencillo
motivo, que estoy cansado de que a los que olemos a incienso y cera,
nos den por despecho a diestro y siniestro. No quieres arroz con
leche, pues toma dos tazas en modo de procesión. Y yendo a dichas
salidas procesionales, además de nuestra Semana Santa, debemos
demostrar en que creemos y porqué lo hacemos. Porque también es
verdad y muy triste, que a los actos de nuestra propias hermandades
-actos que nos sean salidas procesionales- nos cuesta mucho trabajo
acudir. Y si vamos, lo solemos hacer por un interés, te quiero
Andrés.
Pero
este año hubo una salida extraordinaria, que fue la Salida
Extraordinaria. La del Señor del Gran Poder de Sevilla. O el Señor.
Como cada uno de ustedes lo quiera expresar o decir. Un momento. Ese
donde el Señor salía de la Catedral de Sevilla con sus formas, con
su caminar único e inconfundible. Allí ni tan siquiera el astro
Rey, quiso perderse ese momento que parecía que el tiempo quería
fastidiar. La luz de aquella mañana fue aún más radiante ya que
nadie podía perderse ese instante único y que no sabemos si habrá
otro en nuestras vidas. No sé qué pasó esa mañana pero si ya de
por sí, Tu cara ya me tenía abducido, Tu cara a la luz del día me
abdujo aún más. Ese instante se quedó grabado eternamente en mi
retina y memoria. Si ya de por si me pareció dulce tu cara en las
noches de la “madrugá”, o en mis visitas a tu Basílica, con esa
luz y con el sol intentando rodearte para ver Tu cara, allí en ese
instante se afianzó aún más mi amor hacia Ti. Espero que Tú Gran
Poder seas mi guía y mi luz en mi vida cada segundo, cada minuto,
cada hora…
Después
de ver, los alumbrados navideños de algunas ciudades y poblaciones
de nuestra tierra, de verdad me quedo perplejo como están alumbradas
y de qué manera y como lo están otras. Esto es Navidad, no el
solsticio de invierno, por favor. Estas fiestas se viven porque nace
el Hijo de Dios. Aunque haya miembros de corporaciones municipales,
que solo se vean realizados, si realizados, colocando unos alumbrados
que son guirnaldas por adornar y alumbrar las calles y sin un sentido
verdadero de la fiesta. Y creo que no es tan difícil, creo yo. Pero
la prueba del algodón llegará la semana que viene cuando veamos si
la Cabalgata de los Reyes Magos como va engalanada y rellena de
verdaderos motivos religiosos o no. Qué será que no.
Bueno
me despido de ustedes, que tengan una feliz salida de año 2017 y una
extraordinaria entrada de año 2018. Por favor, cuidado con las
campanadas y los gajos de uvas. Sean felices tanto en la despedida
como en la entrada y por supuesto extrapólenlo.
Pachi
Giraldo
Pd.-
He leído algún “twit” de alguna hermandad de Córdoba, que
hacen daño a la vista. Por favor intenten pasar el corrector de
ortografía, que lo leemos muchas personas y se pueden llevar una
impresión equivocada, o no.
Fotos: Pachi Giraldo
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