LOS
ÁNGELES EXISTEN
Por una serie de
coincidencias, o por una serie de hechos que poco tienen que ver con las
coincidencias, suceden hechos que normalmente vienen todos acompañados de algún
ángel. Esos ángeles que sin darnos cuenta se trata de alguna persona, que por
avatares de la vida o porque la vida es así de caprichosa, conviven a nuestro
alrededor por algún motivo, durante un tiempo indeterminado.
Aún no sabemos cómo pudieron
llegar hasta nosotros, pero no es menos cierto, que nos ayudan en momentos
difíciles de nuestras vidas. Nos consuelan en esos momentos duros, nos atienden
en esos momentos incomprensibles, nos hacen reír cuando menos ganas de reír
tenemos, nos escuchan cuando nadie tiene un instante para escucharnos…
Lo que no nos damos cuenta que
normalmente lo tenemos a nuestro lado y no nos damos cuenta de ellos, muchas
veces. Hay otras que sí y es por lo que damos gracias a Dios, por enviar nos a
esos ángeles. Ángeles que tienen nombre, y estén donde estén, siempre tienen
ese don de ayuda para ese momento complicado.
Casi siempre aparecen cuando
otros “ángeles” no se dan cuenta del daño que realizan, o, si. Ese daño puede
ser intencionado porque vivimos en una sociedad que sólo pensamos en cada uno
de nosotros, pero la realidad es que, por causas inexplicables ellos aparecen
en esas situaciones límites y cuando más difícil nos parece todo.
Lo que no es menos cierto que
siempre aparecen en la foto, quien no debe, o quien se quiere apuntar con esa
falta de humildad una medalla, hipócrita consentido. Se cree ser alguien,
cuando no deja de ser un mísero humano, que le huele su aliento como su alma a
desprecio y desagravio.
Me quedo con esos ángeles, que
revoletean, por el alrededor de cada uno de nosotros que no se miran tanto el
ombligo o se miran cada dos por tres en un espejo lleno de vanidades. Ángeles
dispuestos a dar sin recibir nada a cambio, ángeles que no saben si recibirán
un simple gracias, pero que no les importa seguir dando.
Los otros “ángeles” que no
merecen la pena. Hipócritas de buenas palabras que su espejo espiritual los
delata a millas de distancia. Y lo peor de todo, es que se esconden en lo
primero que pillan para que sean vistos y reconocidos por todos. Ilusos de la
mentira y la falsedad. Vanos de sentimientos de verdad, solo fachada de
mentiras.
Sean felices y extrapólenlo,
para atraer a esos ángeles que son caídos del cielo.
Pachi Giraldo
Pd.- Y la calle para la saga
de capataces de la familia Sáez, pa’cuando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario