¿QUÉ
HA PASADO, ÁNGEL?
Hoy no
tocaba este artículo. Estaba preparado otro artículo que contaba una historia
de juegos de sombras. Pero hoy, has querido ser tú protagonista. Es raro en ti
querer ser protagonista. No hago nada más que darle vueltas a mi cabeza. Aún,
ese abrazo con tú amigo Antonio y con tú hermano Antonio, no nos podemos creer
que quisiste ir el primero a la gloria celestial.
¿Qué
ha pasado, Ángel?
Cuéntame,
necesito saber qué te ha pasado. No lo llego a entender. Me llamabas y
hablábamos. Me comentabas tus peripecias con la labor, encomiable, de estar
pendiente de tú madre. Me contabas esto y aquello. Me pedías ayuda y te la
daba.
¿Qué
ha pasado, Ángel?
Recuerdo
esos ensayos de costalero, en tus pasos pero en especial en ese palio de la
madruga cordobesa. Cada vez que venías con tu sonrisa al lado de tú amigo
Antonio Sinoga. Esos momentos de risas. Esas ocurrencias que tenías, que sólo
tu podías tener.
¿Qué
ha pasado, Ángel?
Recuerdo
esos ensayos en la banda en la que tocaste, al lado de mi hijo. De tus
innumerables momentos cuando tocabas. Cuándo me pedías consejo para ir a un
sitio o a otro. Cuándo trabajamos juntos. Cuándo íbamos a ayudar a algún vecino
tuyo con algún problema.
¿Qué
ha pasado, Ángel?
Quiero
seguir escribiendo de ti, pero no puedo. Me cuesta trabajo expresar todo lo
vivido juntos. No me lo puedo creer. ¿Pasó algo? ¿Qué guardabas? Dime… No
entiendo nada. Sólo te pido que nos esperes allí donde te encuentres, te fuiste
demasiado pronto, podías haber esperado un poco más…
Has
dejado un hueco muy difícil de poder cubrir. Eras tan servicial, que ahora te
tendrán que servir, tus compadres los ángeles del cielo. Nos dejas muy tocados,
espero que sepas cómo nos hemos quedado sin ti. Ahora mi Ángel, favorito y
preferido, protégenos y ayúdanos. Hasta que nos veamos amigo mío.
Ésta
primavera que va a entrar dentro de quince días, será distinta. Ésta Cuaresma
es distinta. Ésta Semana Santa será distinta. Las campanas de San Lorenzo, el próximo
Domingo de Ramos, te echarán de menos. Una tambora te echará de menos. Un
costal y una faja te echarán de menos. Mi corazón te echará de menos. Gracias,
Ángel. Espero seas ahora nuestro Ángel de la guarda.
Pachi
Giraldo
No hay comentarios:
Publicar un comentario