NONAGÉSIMO
OCTAVO
DÍA DE CONFINAMIENTO
SE
OYE, SE ESCUCHA, SE RUMOREA...
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días llevamos de confinamiento y a éste confinamiento le quedan ya
sólo un
día
para que acabe. Ahora tendremos que volver a esa normalidad que
nuestros dirigentes llaman “la nueva normalidad". Ver para
creer los nombres que se sacan para intentar disipar la verdad
verdadera de nuestra sociedad, de cómo se encuentra la realidad de
los españoles. Ahora los fallecidos son compatriotas porque decir
españoles les crea urticaria. De traca mala.
Pero
es lo que tenemos y sólo llevan, sino recuerdo mal, cinco meses de
Gobierno. Qué largo se me va a hacer. Tenemos que ver que lo que
decían antes en la oposición, ahora en el poder, ya no es así, se
les ha olvidado, les ha entrado una amnesia, que un facultativo
médico le costaría trabajo encontrar un diagnóstico coherente para
estos tipos de personajes.
Así
que tendremos que llenar nuestras alforjas de paciencia y tolerancia,
porque veo tiempos venideros un poco complicados.
Cambiando
de tema, hace unos días me encontré con un conocido cofrade y nos
paramos a saludarnos, para saber cómo nos encontramos en el
transcurso de este tiempo, que nos ha tocado vivir. Y después de los
saludos pertinentes, los dos coincidíamos que deberíamos de valorar
mucho más en nuestras vidas, cada instante que la vida nos está
ofreciendo.
Y
más aún, con lo mal que lo hemos pasado todos. Tendríamos que
saber valorar que la vida en un segundo puede cambiar de una manera
drástica. Y de estar disfrutando de nuestros placeres placebos, que
son los que cada uno de nosotros nos autoalimentamos, podemos pasar a
otro estado anímico totalmente distinto.
Pero
seguiremos cada uno de nosotros en nuestro barco y no bajaremos de
el, para que nada ni nadie nos pueda hacer ver la cruda y dura
realidad. Sólo nos valdrá nuestra historia y lo peor es que siempre
habrá uno que hablara de nosotros diciendo que somos el malo de esa
historia, sin conocer la historia por ambos lados de la orilla. Muy
de los humanos y de opinar sin conocer todas las vertientes de la
verdad. Y más fácil aún, si cabe, empezar a realizar
elucubraciones y películas mentales. Así se dice, se oye, se
escucha, se rumorea…
Me
sigo quedando con la labor social que, en este caso, están
realizando nuestras hermandades y de verdad deberíamos de intentar
ser un poco más solidarios con los demás. Esta semana nos ha dejado
otro costalero. Mis condolencias y apoyo a su familia en momentos tan
amargos y duros.
Me
marcho ya está semana. Sean felices y extrapolen lo con los demás.
Pachi
Giraldo
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