Escrito por José Antonio Rodríguez Miércoles 22 de Diciembre de 2010 08:33
Álvarez Duarte, interviniendo en la espalda del Gran Poder
Los hermanos del Gran Poder, a través del anuario que la hermandad edita, han podido conocer de primera mano los detalles de la restauración del Señor
La noche del domingo, 21 de junio, el Gran Poder era víctima de una agresión en su camarín que vino a durar 11 segundos. En tan poco tiempo – una eternidad para muchos – la imagen resultó dañada en las articulaciones de su brazo derecho, teniendo que proceder a una reparación de urgencia durante los días posteriores.
Luis Álvarez Duarte, junto a su discípulo, Ventura Gómez, permanecieron varios días en las dependencias de la hermandad trabajando para devolver al Señor a su estado anterior a la agresión. Los cuatro días que duraron estos trabajos y todo cuanto se hizo en la sala del tesoro, han quedado plasmados en un informe que la corporación ha dado a conocer en un extracto y que ha sido publicado en el anuario informativo que la hermandad edita y que ha comenzado a ser retirado por los hermanos en las dependencias de la corporación.
Dibujo explicativo de los daños
Luís Álvarez Duarte, en el informe de la restauración, asegura que “lo grave estaba en el interior, en la parte del torso del Señor” ya que “tenía un espigón circundado que al mismo tiempo protege una espiga de 10 cm de largo, la sostiene, hace que gire pero que no se salga. Pero, desde su espalda, con el impacto del golpe, la espiga que circundaba el espigón grande se partió y quedó atrapada, no pudiendo ni girar ni salir”.
De esta forma, el escultor fue desde la espalda del Señor, a base de bisturí y raspines, para extraer el perno que se encontraba dañado y, así, poder retirar el espigón de madera.
Una vez resanada toda la axila del Señor y la parte de su espalda de la que fue extraído el perno, explica Luis Álvarez Darte que “todas estas piezas fueron realizadas nuevamente en la misma madera de fresno”.
La intervención en esta zona culminó el martes 23 de junio, es decir, dos días después de la brutal agresión.
Posteriormente, procedió Álvarez Duarte a colocar las nuevas piezas: espigón, espiga y galleta – ver dibujo explicativo -. Una vez ensamblada la espiga a la espalda, se cosió con chirlatas de cedro real y se repasó con una pasta especial de estuco retallable, se pulimentó y en la tarde del miércoles, 24 de junio, “se le hizo una primera imprimación imitando el color del cuerpo del Señor”. Esta zona se reintegró utilizando la técnica del punteado al agua con acuarelas al igual que la espalda, en la zona donde encaja la espiga y el perno de la cruz.
Desprendimientos
Los pequeños desprendimientos se resanaron con la cola totín al baño maría o sulfato cálcico color albero.
De la peana del Señor se le retiró la suciedad acumulada así como grasa. Una vez limpia, se explica en el informe “se le dio una pintura al agua en forma de veladuras para que presentara la textura magnífica que siempre ha tenido”.
Oficialmente, terminaron los trabajos de restauración el jueves, 24 de junio, a las 13:30 horas; “un tiempo record”, reconoce el escultor, a pesar que “Enrique Esquivias y su junta de gobierno me dejaron bien claro que para la restauración del Señor había que tomarse el tiempo que hiciera falta”.
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