LA VIDA ES SUEÑO
Las
campanas de la iglesia de mi barrio han tocado las nueve. Las nueve de la
mañana y ya son varias las horas desde que el astro rey ha llamado a nuestras
puertas.
Me incorporo, miro por la ventana y doy gracias por el
amanecer más hermoso que uno se puede imaginar.
Cielo
azul añil, de ese que los cofrades nos gustan ver cada tarde, un sol que
ilumina la carita de cada uno de los querubines que con palmas en las manos se
disponen a acompañar al Rey de Reyes por las calles del Jerusalén Cordobés.
Ya ha llegado, ya. Un año esperándote y ya has
llegado..... Qué ganas!!! Ya he despertado del sueño, vivimos soñando 365 días
y tenemos solo siete para disfrutar. Solo siete y no se pueden estirar pero si
se pueden exprimir, como si del fruto del azahar se tratara, azahar que un año
más se presenta como verdadero protagonista de la semana. También él se suma a
la fiesta de los sentidos que por nada en el mundo se la quiere perder
Como
cada año me dispongo a salir junto a mi hermano a disfrutar de una magnífica mañana, en el ambiente se presiente
algo grande, algo que nuestra imaginación no alcanza a dibujar. Las calles en
plena ebullición, “... se nota que hay ganas … “son las palabras que más se
escuchan entre la gente.
Todo
está dispuesto ya, el paseo obligado para ver como El primero atraviesa el cancel de San Lorenzo
y su Bendita Madre de la Palma tras El en un paseo Triunfal. Tras éste pórtico
Cautivo en el Alpargate espera a que llegue la tarde para que su pueblo lo
Rescate, Penas en Santiago, Esperanza gitana en San Andrés, Encarnación
rebosante de Amor de su gente del Cerro y por último y no menos importante Oración en San Francisco, mi gente de la
axerquía observa cómo están preparados tres magníficos tronos para tres
devociones tan antiguas como el templo que los cobija.
Por un lado El, resignado, pidiendo una explicación
que nadie sabe darle, mirando a su alrededor y sufriendo por lo que sabe que
pasará y rogando que sea rápido, de otro lado Penas que se Amarran a una
columna, y por último la niña Candelaria,
que con un ramillete de azahar se dispone a alumbrar nuestro andar a lo
largo del recorrido.
Uno a
Uno Todos están ya dispuestos para hacer historia, mientras soñamos con
chicotás de ensueño, con saetas con quejío, con cirios recién encendidos, con
incienso que envuelve nuestras calles,
mientras soñamos me dispongo a regresar a casa para descansar en las horas previas
al momento memorable.
En casa
recién planchada por mi compañera y dueña de mi corazón, mi faja y mi costal,
acompañados por mi medalla, divinos atributos que cada año por estas
fechas se convierten en verdaderos
protagonistas. Un pequeño almuerzo y a descansar, que se prevé una gran tarde,
recostándome para soñar con una revirá de categoría, “... llámate
costalero...”, son palabras que revolotean en mi imaginación.
Una voz
me despierta, al incorporarme la tarde es aún más azul, pero no veo el costal,
no veo la faja, pero en su lugar observo a un angelito de pelo rubio y
alborotado que con túnica verde y roquete inmaculado me dice “... vamos papá,
vamos a ver al Señor...”, en ese momento comprendí que todo ha sido un sueño,
pero que ese sueño ha pasado y se ha hecho aún más grande. El sueño que
traspasa generaciones, el sueño que se transmite de padres a hijos, el sueño
que nunca es efímero, el sueño que nos mantiene un año esperando.
Sepamos
transmitir nuestros sueños porque como dijo el poeta “La vida es sueño y los
sueños son” pero se le olvidó decir que los sueños son sueños menos un día que
se convierten en realidad y ese día se llama DOMINGO DE RAMOS.
SOLEDAD FRANCISCANA
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