UN
DOMINGO DE MARZO
Amaneció una mañana
fresca y soleada. El cielo era de un azul precioso con algún matiz rosa en
aquella carrera de mujeres que llenaban con su marea las calles céntricas de
nuestra ciudad. Caminábamos con un son costalero mientras disfrutábamos de la
gente por las calles de Córdoba, acompañando a esas atletas féminas en clara
alusión a la lucha contra el cáncer de mama. No dejéis de correr o de luchar
por esa buena causa.
El discurrir seguía con
nuestras conversaciones, referente a lo sucedido el sábado en el último ensayo.
Con sus connotaciones positivas y negativas, pero que de todas ellas se sacaba
algún aspecto positivo para llegar a nuestro destino.
Allí esperando se
encontraban los “jartibles” del costal de uno de los pasos con los cuáles llevo
disfrutando ya nueve años. Alegría de ver a unos y a otros, pero un poco más a
los venidos de fuera de nuestra tierra al no poder verlos más continuamente.
Abrazos grandes llenos de amistad y de recuerdos de aquel año que pasó esto o de
aquel ensayo que sucedió aquello. Después de los oportunos saludos y ese rato
breve de recuerdo, nos ponemos al tajo unos y otros.
Cada uno a lo suyo para
comenzar la “mudá” del paso de nuestra Reina a su Iglesia de San Hipólito.
Trayecto con muy buenas maneras de andar, que te ilusionan de manera muy
especial, viendo que esto está aquí, llamando ya a la puerta de nuestra casa de
cada uno de nosotros. La verdad que la gente de abajo, se le nota ya nerviosa
por lo poquito que resta para que esto llegue a buen puerto ya. Lo mejor de
ellos su grado de implicación, su amistad, su honestidad, y el saber a lo que
van a este paso.
Después de todo esto
echamos un perol que nos tenían preparados en el bar El Timonel de Colón,
nuestros amigos José Luis y Rafa “Pipo”. Con nuestras marchas, videos y para
que no faltara detalle allí un poco de carbón quemando incienso y poniendo el
olor y a la vez el vello de punta.
Acabado este rato
inolvidable de convivencia con los miembros de la cuadrilla, me fui a ver
ensayos que había unos cuantos por las distintas calles de nuestra ciudad. Y al
ver dos de ellos, pude comprobar por mí mismo que esto cada vez va mejor.
Grandes chicotas del palio de Gracia y Amparo y seguido a pocos metros el paso
del Cristo de la Expiración, con su silueta seria y elegante en el caminar.
Señores esto está aquí
ya. El azahar se le ven las puntas en los naranjos, lo siento por los señores
del Ayuntamiento, pero el azahar en Córdoba abre con la llegada de la Semana
Santa. Es lo que hay. Bendita locura, como dijo un pregonero no hace mucho.
Como sabe el azahar que el Hijo de Dios va a entrar en la cordobesa Jerusalén
rodeada de su pueblo, él se abre para verlo pasar. A estos señores ni se les
verá ni se les esperará.
Por echar en falta
algo, me gustaría ver puestos ambulantes vendiendo incienso, carbón, pebeteros
de barro, incensarios, donde estuvieran dando olor a las calles cordobesas. Para
crear un poco de ambiente que como no seamos unos pocos de locos que estamos
quemando incienso durante todo el año en los balcones o ventanas de nuestras
casas, es complicado ir por alguna calle y oler a incienso sino es porque hay
en ella alguna Parroquia, Iglesia, Capilla, casa de hermandad o alguna taberna
cofrade.
Las torrijas, los
pestiños, los palillos de leche y las galletas que mi madre me seguirá haciendo
para seguir disfrutando con mis dos hijos de ellas. Así que vamos que nos
vamos, que esto está aquí ya. Que poquito nos queda, cuando estamos a solo a
nueve días de empezar a disfrutar. A pesar, de todas las zancadillas que por un
lado y por otro nos han ido poniendo. Y a pesar de todo ello, hemos sido
capaces de tener nuestras costumbres ya preparadas para poder seguir
disfrutando de ellas.
Así se fue acabando un
domingo de marzo que me recordó que estamos a muy poco de Semana Santa. La
verdad que viendo a todos los que estábamos alrededor de los pasos y ver a la
cantidad de turistas que se acercaban a ver que era aquello. Así esperando a
que el azahar abra sus ojos para y nos ilumine con su aroma.
Por poner un matiz
falso e hipócrita, no sé qué me da, al ver la foto de la primera Edil cordobesa
con el Obispo de Bangassou, cuando no hace nada le quitaron la subvención,
cuanto fariseo por nuestros organismos oficiales. Ah! Eso sí, una buena foto
que no falte. Quedan a la altura del betún como si no los conociéramos ya con
sus sandeces continuas. Espero que no se les vean asomando sus caras al paso de
alguna hermandad o cofradía ni para bueno ni mucho menos para malo.
Pachi Giraldo
Pd.- Recuerden a la
“Vieja Cuaresma” ya solo le quedan dos piernas, de las siete.
Pd.- Si tienen un
minuto hoy recen por aquellas personas queridas y por las víctimas de un
atentado brutal que tuvimos en España. Sean felices y demuéstrenlo.
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