“¿FRÍO?
¡TENEMOS EL SOL!”
Ya van, ya van por los barrios, el centro, quitando esos adornos
aborrecibles y aborrecedores de fiestas. Me refiero a esos que nadie sabe qué
son, que ni son Estrella de Oriente, ni son Reyes Magos, ni nada que sea rancia
como la Iglesia que ellos imaginan y, quieren que los demás no sólo imaginen,
si no, que también huelan, palpen. Que se vayan a otro país, a otra ciudad,
dejen en paz a los cordobeses los del rojerío del Ayuntamiento. ¡Cuánto patán y
sinvergüenza!
He tenido esta mañana que marchar de casa y, me ha recordado a los
años en que mi abuela y mi madre, sobre todo la primera, me vaticinaba que iba
a pasar la peor de las heladas en aquel pueblo, su pueblo. Es aparecer en esta
ciudad un poquito el fresquito y, todos a tirarse de los pelos. De los pelos
del abrigo, estos abrigos ahora nuevos que llevan los chavales, porque a
algunos, ya nos queda poco pelito para tirarnos de el.
Me he sentado, he vuelto a fantasear en mi calleja de las flores
y, si, ahí estaba, el sol.
El sol siempre me ha acompañado en mi vida. Creo que como a todos,
no solo en el verano. El sol, me atrevería a decir que en Andalucía, en nuestra
Córdoba, modela hasta el carácter de los aquí moradores, nos lleva a fantasear,
nos lleva a recordar. Pensamientos en voz alta incluso, que algún viandante o
amigo que comparta mesa y copa de vino nos adorne con sus, también recuerdos,
incluso sueños cumplidos, aunque como siempre ocurre, casi todos son por
cumplir, tengas la edad que tengas.
El Domingo de Ramos. ¿Quién teme nada un Domingo de Ramos con el
sol por bandera, como marco a la Pasión? El Amor por el puente, con su sol.
¿Las Penas en su barrio? ¡Con su sol! El gitano entre el gentío, con su sol,
moreno, pero su sol. Y así podemos ir desgranando todas las Imágenes que vemos recordando
la Pasión de Cristo por las calles.
Si se fijan hasta las ánimas benditas que dicen que solo, o
mayormente salen por la noche, también disfrutan de su sol cuando su Remedio
sale de San Lorenzo, incluso en la noche, cuando a un ladito de Cristo siempre
lleva a su sol.
Los mártires, los mártires... Bueno, los mártires es que no
olvidarán a su Reina con aquel sol, que será su sol, pero desde aquel día,
desde aquella tarde... Muchos no queremos ni recordamos otro sol. Con ese sol
me quedo yo, con el de aquella tarde. El sol de esta mañana, aquí en mi
calleja, que se parece pero no es aquel sol, ninguno será como aquel sol.
Que nadie pierda nunca el tiempo en buscar otra cosa. María, es el
sol de cada mañana, nuestros hijos, son los rayos de ese sol, nuestras
familias, nuestros amigos, incluso los compañeros de trabajo, que algunos se
convierten en compañeros en la vida y de los que ya no nos separará nada, ni la
muerte, pues en el cielo, nos esperará el sol de aquella tarde que antes les he
recordado.
Estoy seguro que en el cielo nos esperará ese mismo sol, mientras
tanto, ahora que ya casi se toca la Cuaresma, que cada uno se resguarde del
frío, del separatismo, de lo que no sea amor a sus hermanos y sobre todo cariño
a los nuevos llegados a sus hermandades, pues ellos son el futuro de las
mismas.
Busquen el sol, que la cuaresma poco a poco llegará, mientras
tanto, sean felices como yo, en mi calleja de las flores.
Acisclo, un cofrade más
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