UN
GRAN DÍA DE CORPUS CHRISTI
Ayer
cuando desperté se veía que iba a ser un gran día. Era jueves,
festividad de Corpus Christi. Un día muy especial para los católicos
y cofrades. Y
aún más especial para mí. Después de diez años luchando contra
esta enfermedad, y los que me siguen quedando, porque esto no es un
sprint, sino una carrera de fondo, pero que muy de fondo, porque allá
a donde vaya yo, ella siempre vendrá conmigo y espero que sea así y
no que me lleve ella a mí.
Pues
mi día fue uno normal de trabajo de atención a los clientes y a
continuación
llego la tarde. Comencé a prepararme con unos nervios pero a la vez
con una tranquilidad. Nervios por ver si sería capaz de poder con mi
misión y tranquilo porque a la misma vez recordaba todo como si
fuese ayer. Llego
la hora de estar allí en San Lorenzo y después de los saludos y
abrazos a unos y otros, nos igualaron y comenzó el ritual de hacerme
la ropa. Ahí tuve la ayuda de un amigo que más que un amigo es más
bien un hermano. Atento a todos los detalles para que todo saliera
perfecto.
Y
llegó la hora de meterse bajo la trabajadera, me volvía a encontrar
en un lugar que me era conocido, a tener esas famosas mariposas en el
estómago, a colocarme para encontrarme cómodo y con una buena
actitud para volver a salir como costalero. Esta vez llevando al
núcleo de nuestras creencias. Si, era el Cuerpo de Dios. Quería
llevar algo distinto a una imagen sagradas de las nuestras acompañada
con marchas procesionales. Preferí que la música fuese otra muy
distinta a esa. Preferí disfrutar de este día. Preferí disfrutar
de un equipo de capataces con los cuales nunca había trabajado.
Preferí hacerlo con una cuadrilla que tenía mezcladas las edades,
con gente con mucha experiencia y con gente más novel.
Algunos
los conocía de otros pasos, de verlos siendo sus capataces, a otros
de ser costaleros con los cuales he trabajado de alguna de las
maneras con las que se puede trabajar con ellos, otros desde hace
veinticinco años que entraban en aquella taberna cofrade, otros que
no los conocía pero que fue todo un honor y un orgullo, disfrutar de
ellos en esta salida tan especial para mí. A todos, muchísimas
gracias por haber compartido este momento tan importante para mí, y
a la vez agradecido de haber lo hecho con ustedes.
El
capataz nos llamo y comenzamos a rezar, y se tocó el llamador tres
veces, no sin antes realizar en cada llamada un recordatorio hacia el
Más Grande de Todos los Tiempos. El comienzo fue un poco complicado
por mis ganas de ser de nuevo y uno más de esta cuadrilla tan
especial para el resto de mis días. Se llegó a la puerta de San
Lorenzo y se puso en la calle al Cuerpo de Dios. Fueron duras las
primeras chicotas por el excesivo calor que pasamos debajo. Las
emociones, los recuerdos, los sentimientos se me venían por doquier
de cada uno de los pasos en los que pude trabajar. Me vinieron muchos
costaleros con los cuales compartí
trabajadera.
La
primera mano hasta el primer relevo fue duro, pero único y
sensacional. Al salir de allí empapado en sudor, reconozco que
pensé, que qué hacia yo en ese paso. Pero sólo fue un instante
porque en el momento que bebí agua y una bebida isotónica se me
paso ese lapsus de tiempo. La segunda mano fue espectacular, fue
impresionante, me encontré de categoría y además estaban allí a
mi lado tanto dentro como por fuera gente que me quieren de verdad,
como soy yo, con mis defectos y virtudes.
Un
poco más adelante paramos delante de nuestro arcángel San Rafael, y
en ese instante volví a recordar a todos esos amigos que no lo están
pasando nada de bien. De los muchos que me acordé lo hice de una
manera muy especial de ti Rafa y de ti Javi “pechos”. La
siguiente chicota fue la última de la cuadrilla alta y de verdad que
no quería que terminará tan pronto, pero todo tiene un comienzo y
un final. Desde allí nos fuimos para la entrada, para no estar en
medio del cortejo procesional, por la angostura de la calle Roelas.
Llegó la Custodia con su belleza al igual que todo el paso como
estaba adornado de un verdadero sentido creyente, que nos hace falta
a más de uno entender que simbolizaban dichos símbolos.
Al
entrar la Custodia y pasar delante de mi, me arrodille y recé y pedí
por mi familia, muy especialmente por mis hijos, padres, hermana,
sobrinas, mis titos y primos en especial por uno que nos dejó el
mismo Domingo de Ramos y todos y cada un@ los que están día a día
al lado mío. Así terminó mi vuelta al mundo del costal con abrazos
y enhorabuenas entre todos aquellos locos jartibles del costal que
nos encontramos en una tarde noche muy calurosa en torno al Corpus
Christi. De nuevo y no me cansaré de daros las gracias eternamente.
Pasando
a otro tema, de verdad señores políticos, no hay problemas más
grandes en nuestra ciudad como para sacar la noticia que van a
proponer un referéndum público para que se manifiesten sobre si
están de acuerdo o no con la nueva Carrera Oficial. Después decimos
pero de verdad, tan aburridos están, que hay asuntos más
importantes y si no tienen me encantaría de comentarles algunos en
privado. Mi total apoyo al comunicado de la Agrupación de
Hermandades y Cofradías de Córdoba, con su Presidente y resto de su
Junta. La nueva Carrera Oficial, ha sido un pelotazo, pero un
pelotazo gordo, pero gordo. Claro al ser la primera vez que se vuelve
en años, habrá que buscar soluciones a los problemas que se
pudieron ver, pero para ello lo dejamos después de este verano que
se presenta muy caluroso.
Sean
felices y extrapolen lo, no se lo queden nada más que para uno de
ustedes.
Pachi
Giraldo
Pd.-
Rectificar es de sabios, Sr. Aumente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario