Escrito por José Antonio Rodríguez Sábado 17 de Julio de 2010 01:46
Carmen de Santa Catalina / MANUEL JESUS RODRIGUEZ RECHI
Tarde para olvidar la que vivieron ayer los hermanos del Carmen de Santa Catalina en lo que - se suponía – iba a ser una nueva procesión cargada de emociones positivas en torno a la histórica devoción.
El paso de palio salía pasadas las 21:20 horas con serias dificultades al chocar la crestería del mismo con el dintel de la puerta de San Román. La accidentada salida presagiaba lo que después iba a ocurrir y muy pocos esperaban.
Tras visitar el Convento del Espíritu Santo y el de las Hermanas de la Cruz, donde la procesión gozó de la presencia de numerosos fieles, el paso se encaminó hacia Santa Catalina. En aquel lugar, desde el destierro, se viven momentos de especial melancolía.
Pero ayer la melancolía se convirtió en sorpresa e indignación. El paso se tuvo que detener durante prolongados minutos debido a que el palio se había enganchado en uno de los cables del tendido eléctrico que atraviesa de acera a acera la calle Santa Catalina.
Más tarde, la comitiva se adentró en el Ex convento de la Paz, sede de la Sagrada Mortaja. Tanto a la entrada del compás como a la salida, el paso mandado por Alfonso Hijón golpeó distintos elementos con la puerta, produciéndose la rotura de un farol, de tres piezas de la crestería del palio y de diversas perillas.
Sin embargo, la accidentada procesión no terminó aquí ya que a la entrada en la Parroquia de San Román, el palio se volvió a enganchar en la puerta, produciéndose, de nuevo, graves daños que han provocado que se doblen los varales y que el palio haya quedado completamente desfigurado.
Pero todo no quedó aquí ya que, al entrar el paso en el templo, mientras el sacerdote interpretaba la salve, diversos costaleros protagonizaron un enfrentamiento con miembros de la hermandad y otros asistentes con motivo de las tensiones generadas tras la accidentada procesión. En algunos casos se llegó a las manos, incluso, a las puertas del templo.
Un año difícil
La hermandad del Carmen de Santa Catalina afrontaba la procesión de este año como un verdadero reto. La crisis económica que padecen desde hace décadas todas las hermandades de Gloria se une a que, este año, la corporación ha decidido emprender uno de los proyectos más ambiciosos de su historia: la adquisición de una casa de hermandad en la calle San Blas. Este gasto justifica que, en esta procesión, no hubiera estreno alguno salvo el de la banda de música de la Soledad de la Algaba, que agradó por su buen nivel.
De hecho, desde la hermandad se piensa que conseguir el dinero suficiente para costear la salida de laVirgen del Rosario, en octubre, va a ser “muy duro”, en palabras de su hermana mayor, Dominga Collado.
La Virgen lucía el elegante manto blanco con bordados atribuidos a Patrocinio López. Acompañaba a la Virgen la hermandad de los Gitanos, con su hermano mayor al frente, José Moreno Vega, además de dos miembros de la Liga Naval, José María Vidal y Eduardo García. También figuraba en el cortejo el pregonero de la hermandad de este año, Juan Manuel Labrador.
En ningún caso los hechos acontecidos durante esta procesión deben empañar un día tan especial pero cuando un accidente deja de ser “aislado”, la tónica que se respiraba al final de la procesión era de tristeza.
Fotos: Manuel Jesús Rodríguez Rechi
