El ponente, Manuel Eloy Orozco, enumera un importante número de variables que pueden determinar su aparición
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Organizada por la Agrupación General de Hermandades y Cofradías de Priego y la Asociación Cultural Tertulia Cofrade El Varal, la sede de este último colectivo acogía el pasado sábado una interesante conferencia sobre las variables que influyen en la aparición de lesiones en los costaleros y las pautas a seguir para evitarlas.
El encargado de realizar este pormenorizado análisis de la relación existente entre el mundo de las trabajaderas y la salud, fue el fisoterapeuta y técnico especialista en radiodiagnóstico, logopedia, acupuntura y moxibustión, Manuel Eloy Orozco Estrada, gran conocedor de este tipo de patologías, ya que a su dilatada preparación y experiencia profesional, se une su condición de cofrade dedicado al mundo del costal, lo que le ha llevado a estudiar, conocer y participar en todas las experiencias posibles en este campo convirtiéndolo en todo un experto conocedor de la salud y prevención del costalero en su trabajo. En lo que respecta a su ponencia, Manuel Eloy inició su intervención recordando la necesaria evolución de las tradiciones, “para que no se vuelvan obsoletas”, enumerando las características que presentaban los primeros costaleros profesionales así como sus diferencias con los llamados hermanos costaleros. Tras realizar un recorrido por las lesiones más frecuentes, tanto aquellas de menor relevancia como erosiones en la piel a nivel cervical, el conocido “tomate”, contracturas, hormigueos por presión o esguinces, como por aquellas otras de mayor envergadura, como las roturas meniscales, la deshidratación, hipoglucemia e incluso los infartos de miocardio por déficit de potasio o magnesio, el ponente enumeró una serie de variables que influyen de manera determinante y que condicionan posibles lesiones. Así, y entre ellas, Manuel Eloy Orozco enumeró la edad del costalero, indicando que de los 18 a los 45 años hay un margen menor de riesgo en la aparición de lesiones, la importancia del trabajo coordinado y en equipo, así como el papel del capataz, el sentido de la amistad y compañerismo o, a nivel individual, la capacidad de sufrimiento y sacrificio, refiriéndose igualmente a la importancia de la “igualá” para evitar posteriores lesiones, así como la necesidad que el costalero tiene de corregir posturas y vicios, tanto suyos como del resto de compañeros. Por otra parte, la tipología de hermandad, la uniformidad, el itinerario, la alimentación, el tipo de paso o la coordinación, son otras variables que pueden influir a la hora de que aparezcan lesiones, apuntando en este sentido el papel que juegan los ensayos en este sentido, “ya que se trata tanto de un entrenamiento físico como mental, de coordinación, de labor en equipo, de confianza en el compañero y de disminución de tiempo de respuesta frente a maniobras no habituales”, señaló Orozco, que a preguntas de los asistentes concluyó recordando, en relación al denominado estilo malagueño, con el que procesionan la mayoría de las hermandades y cofradías prieguenses, que pese a ser diferente al costal, “todo el entorno de las lesiones es muy parecido”. |
Quienes el próximo Viernes Santo se acerquen al paso de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, titular de la hermandad de la Expiración, podrán adivinar entre los cirios de su candelería uno con una leyenda muy especial: «Por los enfermos de cáncer de Córdoba».
Será la plasmación externa de un nuevo proyecto que la cofradía de San Pablo comienza este año, y que le lleva a comprometerse cada año con las asociaciones que se ocupan de los enfermos y necesitados. Se llama Rosario por la Vida, en consonancia con la advocación de una de sus imágenes marianas.
En este año 2011, la hermandad de la Expiración se compromete con la Asociación Española contra el Cáncer, a la que se entregará en primer lugar un donativo para ayudar a la investigación de la lucha contra esta enfermedad. Será en el transcurso de un encuentro entre las juntas que rigen los destinos de las dos instituciones.
No acabará todo ahí. La presidenta de la entidad, María Luisa Cobos, fundirá un cirio sobre el paso de palio de Nuestra Señora del Rosario, y que arderá precisamente por los enfermos de cáncer. Será una forma de recordarlos durante la estación de penitencia que ya han puesto en práctica en los últimos años otras hermandades de Andalucía, y que ha tenido buena acogida entre los hermanos, ya que el cirio simboliza la fe, pero también el pueblo cristiano.
La cofradía plasmará su compromiso con los enfermos de otra manera durante su estación de penitencia. Al entrar en la Catedral para hacer estación de penitencia en la noche del Viernes Santo, los hermanos de la cofradía rezarán, como es tradicional, el rosario, muy habitual en su liturgia por ser la advocación de su titular mariana.
El que se haga en el interior del templo se ofrecerá, según la hermandad, «por todos aquellos enfermos que ya gozan de la presencia del Padre y que no lograron superar la enfermedad».
La del cáncer será la primera de las cuentas de este Rosario por la Vida que la cofradía de la Expiración tiene previsto realizar todos los años a partir de ahora. La hermandad tiene previsto colaborar en el futuro con los familiares de enfermos de alzhéimer o con el trasplante de órganos, entre otros asuntos.
El hermano mayor de la corporación del Viernes Santo, Rafael del Pino, explicó que «la intención de este proyecto es unirnos y colaborar con todos y cada uno de los colectivos cordobeses que cada día ayudan a los enfermos en la ciudad», de forma que en otras ediciones se puedan volcar con personas afectadas por otras dolencias.