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domingo, febrero 20, 2011

CÓRDOBA ESPERA, Y HASTA PARECE IMPACIENTE


Las anécdotas se sucedieron en un día de beatífica jovialidad en el centro de la ciudad.

20/02/2011 JUAN M. NIZA 

Actuación La plaza, a tope mientras uno de los grupos ameniza el encuentro.
Foto:SANCHEZ MORENO
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Página 3 edición papel
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Si se organiza como ayer, la contribución cordobesa a la próxima visita del Papa será un éxito. El acto estuvo a mucha distancia de aquellos viajes a Madrid de visitas del Papa, encuentros que recuerdan muchos cordobeses que en su día estuvieron en grupos cristianos y ya peinan canas. Porque hay que reconocer que es un éxito organizar sin incidentes una jornada de 3.000 chavales pululando por el centro de Córdoba todo el día, muchos particularmente excitados al ser para ellos también una jornada de excursión y fiesta. "Hemos tenido a un chaval que se desmayó porque no había desayunado. Y con una magdalena... listo", decía ayer el delegado diocesano de Juventud, Pablo Garzón. Y es que si el lema del ciclo de actos preparatorio para la Jornada Mundial de la Juventud es "Córdoba espera", ayer Las Tendillas rebosaba impaciencia juvenil. Pese a todo, el comportamiento de los jóvenes no podía ser más correcto, tan lejos del pecado que podía sorprender que en La Compañía hubiera simultáneamente doce sacerdotes y el obispo confesando a estos jóvenes.
Por supuesto, no todo eran parabienes. "Los chavales no se toman ni un café y aquí gastamos agua y luz de los servicios. Y los clientes pasan de largo con este lío", se quejaba Rafael, camarero de un local de la plaza. "Tanta energía juvenil para esto...", decía cabeceando un hombre sin llegar a acabar la frase.
El caso es que, mientras La Compañía acogía la parte más religiosa, Las Tendillas daba la vertiente lúdica, pero sin salirse del espíritu de la jornada. Ni siquiera con la representación deJesuscristo Superestar , obra que cuando se estrenó en España provocó manifestaciones de protesta frente a los cines y que ya es de obligado canto en todo encuentro juvenil cristiano. Fernando Aragón, director del grupo trinitario que en dos años ha llevado esta obra hasta Ciudad Real y Madrid, ayer estaba exultante cuando el grupo, con José Carlos Rentero a la cabeza (Jesucristo), bajaba del escenario. Aragón estaba orgulloso, y eso que su hijo es Judas. Mejor dicho: lo interpreta. "¿Que si es difícil ser el padre de Judas? Todo lo contrario, es un chico fenómeno, ahí está la capacidad del actor", bromeaba Aragón.
Ya digo: con tal ambiente, ayer, en Las Tendillas, hasta para Judas era difícil ser malo.

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