CALENDARIO COFRADE

SEGUIDORES

viernes, julio 20, 2012

FRAGMENTO PREGÓN DE SEMANA SANTA DE CÓRDOBA 2009 D. JAVIER TAFUR ASENSIO


Pregón
A mi hija Marina,
que me dejó su infancia
y la fe sencilla que sólo en ella reside



Con la venia de mi señor y rey San Fernando, que devolvió estas tierras a la cristiandad. Debemos muchas cosas a Fernando III, santo rey de Castilla y de Toledo, de León y de Galicia, de Sevilla y de Córdoba, de Murcia y de Jaén, y no es la menor poder ser lo que somos...



Por San Fernando una cruz puede presidir este acto.



Por San Fernando las autoridades eclesiásticas que nos acompañan son autoridades.



Por San Fernando yo puedo pronunciar este pregón y ustedes escucharlo.



Por San Fernando tenemos una Semana Santa que pregonar.



Por San Fernando la señora alcaldesa nos honra con su asistencia y lo hace a cara descubierta.



Por San Fernando esta ciudad tuvo su primer fuero y su primer concejo. Y de aquellos días vienen las collaciones que aún hoy perduran y donde la mayoría de los presentes fueron bautizados.



Por San Fernando, la famosa Mezquita y antigua basílica de San Vicente fue consagrada a Santa María, Madre de Dios, que, como él mismo dijo, era quien realmente ganaba las batallas. Y desde entonces espera paciente a que las cofradías cordobesas, entusiastas y unánimes, decidan hacer estación de penitencia de modo permanente en ella.



Por San Fernando devolvimos sus campanas a Santiago de Compostela y desde allí siguen convocando a los peregrinos de todo el mundo al camino ancho y santo de la espiritualidad cristiana.



Por San Fernando, la entrañable advocación de la Virgen de Linares vino a Córdoba, desde ese noble pueblo del Santo Reino donde yo nací.



Por San Fernando, por tanto, Andalucía puede ser, con propiedad y orgullo, la tierra de María Santísima…



A San Fernando, por ello, le pido la venia para hablarles a ustedes de nuestra Semana Santa, para que me transmita un poco de la extrema humildad y devoción de un hombre que poco antes de morir se postró en la tierra y comulgando, con un crucifijo en las manos, sobre un montón de cenizas, pidió perdón a todos por los agravios que pudiera haberles hecho y mandó que retiraran todas las insignias o adornos que recordaran su calidad de rey, para que nada cubriese su desnuda sencillez ante el seguro juicio de Dios que
ya sabía inminente.



A San Fernando, le pido la venia, que, sin duda, fue, como dijo y quería, un perfecto caballero de Cristo, un enamorado siervo de Santa María y un valiente alférez de Santiago… Y no hay mejores títulos que, como cofrade y español, personalmente me gustara tener.



Debemos muchas cosas a San Fernando, fundamentalmente el habernos permitido recuperar esta tierra para un mundo de valores espirituales, éticos y culturales reconocibles hoy, al paso de las generaciones, en lo que denominamos occidente cristiano o mundo occidental, un mundo que ha tenido que superar terribles contradicciones, brutales guerras fratricidas, imperdonables decaimientos morales, pero un mundo también donde aún es posible expresarse
en libertad desde las propias creencias, un mundo donde cada ser humano es único e irrepetible, y un mundo, en fin, donde la utopía sigue residiendo en la iniciativa de cada hombre libre que reza, piensa y trabaja; un mundo, sin duda, denostado, desde dentro y desde fuera, en el que curiosamente todos quieren recalar, y un mundo por cuya generosidad, al cabo, todos los demás mundos
sobreviven a su propia incompetencia…



Un mundo, nuestro mundo, que aún esta presidido por una afirmación, sin la cual todo estaría perdido:

¡EN DIOS CONFIAMOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario