Para todos aquellos que quieran expresar sus opiniones, pero con respeto y educación, del mundo cofrade cordobés. Ésta chicotá de amistad con mis amigos comenzó el 23 de Agosto de 2009, festividad de Sta. Rosa de Lima.
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DESDE MI HUERTO DE LOS OLIVOS
VALORES
Y COMPROMISO
El pasado viernes en mi
blog cofrade de Amigos de Pachi, coloqué un artículo de una persona que bajo el
pseudónimo de SOLEDAD FRANCISCANA, hizo un reconocimiento a la labor de los
cofrades que ya peinan canas y dejan sus sitios o aún les cuesta dejarlos por
su devoción a los fieles o por el motivo que sea.
Y es de resaltar que en
estas personas si hay algo que se pueda destacar o saber valorar fue siempre su
compromiso y sus valores hacia los titulares y hacia los que les enseñaron el
camino de cómo se deben de hacer las cosas dentro de una hermandad y el respeto
que se hay que tener y se debe tener.
Y comienzo así este
artículo de hoy porque me da mucha pena de las nuevas generaciones que están
entrando ahora en nuestras hermandades. No digo que sean todos. Pero me ha
llamado poderosamente la atención en el mundo del costal lo que he vivido y
visto.
Sabido es por parte de
los que nos movemos en el mundo del costalero la gran afluencia de nuevos
componentes de cuadrillas que está habiendo en estos momentos. La verdad que
hay una manifestación importante en número de elementos que invitan a tener
buenas expectativas de que los pasos seguirán llevándose a costaleros.
Pero cuales mi
sorpresa, y por eso es el título de este artículo, que a la misma vez que esto
está sucediendo y vemos que los costaleros se saben hacer la “ropa” mejor,
seguimos con los costales de todo tipo, unos se remangan los pantalones, otros
lucen más músculos o cualquier tipo de indumentaria que pueda gustar o llamar
la atención, cada vez hay menos compromiso y valores a la hora de estar en un
ensayo o simplemente a la hora de ir a un ensayo.
“Costaleros” que
cualquier excusa es buena para no ir a dicho ensayo, o no ser puntuales o como
he visto y me quedé atónito a mitad de ensayo se marchan por que han quedado o
después de algunos ensayos se marchan de dicho paso por que el capataz de turno
no lo ha puesto donde él piensa que debe ir o porque no le gustan las formas de
andar o mandar o lo que sea.
Lo siento mucho, pero
para mí ese tipo de personajillos no se pueden llamar “costaleros”. Ser
costalero es una bendita afición, me da igual que sean hermanos o solo eso
aficionados al costal. Cuando yo empecé allá por el año 1986, estábamos locos
porque dieran las nueve para estar allí ya. Estábamos locos por volver a vernos
y compartir nuestras vivencias y experiencias de la igualá o del ensayo
anterior. Estábamos locos por ensayar, por el ambiente que se vivía allí debajo
de los pasos. Aunque los kilos nos pudiesen, siempre había un costalero más
experimentado que te ayudaba o enseñaba. Pero ahora, los de ahora, ya saben
hacer de todo y como yo digo no llegan ni saber cuáles el encanto de una
trabajadera en su cuello.
Están más preocupados
de cómo ir vestidos para que lo observen y hablen de él, que de otra cosa. Los
protagonistas quieren ser ellos. Aún no se han enterado que los protagonistas
están apoyados en su cerviz. Que hay unos señores de negro que son a los cuales
tienen que respetar, obedecer y ser fieles a sus normas. No entiendo que haya
costaleros que sepan que con su primer año de costalero o a lo sumo dos sepan
más que los demás. Y encima los demás estén equivocados, ellos no.
Vamos a recuperar lo
que se vivía debajo de un paso. Si tu vienes a una igualá, ten compromiso,
respeto y trabaja. Los demás llevamos años haciéndolo en la medida de nuestras
posibilidades y habilidades. Ya te llegará a ti, tu momento.
En Córdoba a 36 días de
que el cancel de la Puerta de San Lorenzo se abra en el año del Señor.
Pachi Giraldo.
sábado, marzo 08, 2014
EL CIRINEO: EL "YOISMO" Y SUS CONSECUENCIAS EN NUESTRAS COFRADÍAS
El Cirineo: El "Yoísmo" y sus consecuencias en nuestras
cofradías
Hace pocas fechas cayó en mis
manos un artículo en que se narraba cómo en una tertulia cofrade se lanzaba al
aire la petición de definir con un solo término cada día de los que componen la
maravillosa semana que abarca desde el Domingo de Ramos al de Resurrección. El
resultado era un collage de términos que representaban sentimientos, añoranzas
y vivencias universalmente experimentadas por todos los que alguna vez fuimos
parte del gran teatro que cada Luna de Nisán inunda las calles de Andalucía.
Desde el primer momento el texto
despertó mi curiosidad y tras su lectura comencé a reflexionar acerca de las
palabras que hubiese elegido y avanzando en mis pensamientos terminé cavilando
qué palabras podrían evocar el universo cofrade en su globalidad.
Al imaginar una relación con las
palabras más repetidas por los cofrades en general y "el capilleo" en
particular, caí en la cuenta de que existe una que probablemente no sea la más
usada pero que en mi humilde opinión es una de las que más chirrían cuando se
emplea en este mundillo. Es uno de los términos que particularmente he
escuchado con mucha frecuencia en mi vida cofrade, tal vez demasiada… una
palabra que no huele a incienso, ni suena a música, ni luce como una
candelería, ni camina como una cuadrilla, ni viste túnica, ni alumbra como un
cirio, ni se mece como un varal, ni es estación de penitencia… Una única sílaba
que ni siquiera es sustantivo y que es bandera del egocentrismo... la palabra "YO".
Por vulgarización coloquial y
derivación del término que significa "Exagerada exaltación de la propia
personalidad" -el mencionado egocentrismo-, en muchas conversaciones con
amigos cofrades he utilizado un término inventado para referirme a las personas
que utilizan con más frecuencia de lo natural este concepto. Me gusta decir que
padecen "Yoísmo".
El "Yoísmo", de acuerdo
con mi apreciación personal, podría definirse como el empleo desmesurado de la
palabra "Yo" por personas con un mayor o menor grado de egocentrismo
manifiesto. Puede presentar dos variantes. El primer tipo de "Yoísmo"
lo padece aquél que manifiesta el hábito simplemente como vicio del lenguaje,
sin ninguna connotación añadida. Hay personas que lo usan porque lo usan, como
una coletilla, como esos futbolistas que intercalan el “sabes” o el “bueno”
cada tres palabras, para penitencia de sus escuchantes. Este uso puede resultar
molesto, pero poco más, no implica más que una costumbre, una especie de
reafirmación personal.
Sin embargo existe otra clase de
"Yoísmo" totalmente distinto. Desde luego no es algo exclusivo del
universo cofrade, sucede en cualquier ámbito de la vida, pero en el cofrade
causa o debería causar mayor extrañeza en la medida en que todos los que
formamos parte de este mundo lo hacemos de forma altruista, sin
contraprestación pecuniaria alguna; quiero decir que una cosa es soportar el
"Yoismo" de un superior jerárquico en nuestras ocupaciones laborales,
puede que no nos quede más remedio, y otra muy distinta es aguantarlo en aquél
que comparte sudores e ilusiones cofradieras con nosotros.
El Yoísmo suele ser practicado
por dirigentes de distintos niveles y en su ámbito de influencia, hermanos mayores,
capataces, cargos de junta de gobierno, listeros, pateros, directores de
bandas...
Cuando un dirigente utiliza
sistemáticamente la palabra YO para hablar de sus logros al frente de una
hermandad, manifiesta una extrema soberbia además de una infinita falta de
respeto hacia sus compañeros, que es lo que son los que le rodean y no
empleados ni vasallos.
Pensar que una persona, por mucha
especial sensibilidad que crea tener, muchos supuestos conocimientos de arte,
mucho poderío económico o mucho talento, -real o figurado, por él y/o por los
que le rodean- para desarrollar cualquier actividad que se proponga, es capaz
de hacer en una cofradía sin la ayuda de los le rodean, el ingente trabajo que
se desarrolla cada día es de necios… necios nadando en un mar de prepotencia,
pero necios al fin y al cabo.
En las cofradías, desde siempre,
la clave del éxito ha estado fundamentada en el "nosotros", sobre
todo cuando se gobierna una hermandad que potencialmente dispone de un
importante grupo humano. Una persona individual en el mundo cofrade no es
nadie. Será por el equipo que trabaja a su lado o no será nada, por mucho
legado patrimonial con que crea obsequiar a la humanidad o por muchas avenidas
a las que consiga cambiar de nombre. Por eso es tan importante rodearse de
personas con capacidad para aportar cuando se ostenta un cargo.
Sabido es que con mayor
frecuencia de la que sería deseable, cuando una persona está llena de
inseguridades y complejos, tiende a rodearse de personas que considera
inferiores para que no le hagan sombra. Como dice el refrán, en el país de los
ciegos, el tuerto es rey. Pero a pesar de que al estar encantado de haberse
conocido crea lo contrario, siempre será el equipo el responsable de los
éxitos, todos habrán aportado en mayor o menor medida su grano de arena para la
consecución de los logros… y de los fracasos, ya que consecuentemente también
su peso será compartido por múltiples hombros, porque esa es la otra lectura
del asunto.
Todos los que pertenecen a una
junta de gobierno son responsables de los aciertos y los errores derivados de
la actuación colectiva y de las decisiones tomadas colegiadamente, y del mismo
modo que se debe exigir al que ostenta el cargo, la vara dorada o cualquier
otro, el respeto suficiente y necesario para ser consciente de que lo que se
haga es obra conjunta, hay que reclamar al resto de miembros de la junta que
asuman su responsabilidad.
Todo lo que se hace en una junta
es responsabilidad de todos. Todos contribuyen a la decisión tomada, por acción
o por omisión. Que no nos cuenten cuentos que suenan a “esto es cosa de quien
decide por si mismo sin tomar en consideración la opinión de los demás"...
Menos rollos, si no se está de acuerdo con el rumbo tomado por una junta de
gobierno, sus decisiones o su forma de proceder, se dimite y santas pascuas. Si
se experimenta la sensación de ser constantemente mangoneado, se marcha uno a
su casa... un poquito de dignidad, que no es incompatible con la humildad.
Y si toda una junta o la mayoría
de ella está en contra de las decisiones que se toman "desde el origen de
los tiempos", actúen en consecuencia que existen recursos para ello y si
no queda otra posibilidad, obliguen a dimitir a quien se pasa por el forro las
opiniones de sus correligionarios, o déjenlo efectivamente solo.
Pero si decides quedarte, si
llevas toda una vida en juntas de gobierno con unos y con otros, eres
corresponsable de todo lo que se haya hecho, ahora y siempre. De todo. Que
nadie crea que nos engaña, que ya somos muy mayorcitos, ni se vista con el
disfraz de disidente interno cuando empieza a oler a urna y papeleta como
tantas veces se hizo en el pasado, porque no cuela, ya no cuela…
Guillermo Rodríguez
viernes, marzo 07, 2014
SOLEDAD FRANCISCANA
… 40 días para la gloria
Y
llegó como quien no quiere la cosa, con paso firme, dejando atrás otros
tiempos, avisando de los que llega, de lo que queda, de lo verdaderamente importante.
Incienso,
mudás, montajes, ensayos, torrijas, reparto de túnicas, potaje, cera, cultos,
recogimiento, conciertos...
No sé
si me gusta más lo que es, o el preludio de lo que será. Cuando llega toda
pasa, el tiempo se va entre las manos, sin embargo mientras viene el tiempo nos
deja hacer malabarismos con nuestra imaginación, plasmando una fotografía
insólita, una chicotá de ensueño o una callejuela al son de campanilleros con
un palio viniendo de frente.
Hay
una sola vez que el año nos da 40 días y no más, para anhelar lo que no pudo
ser años anteriores, para pensar que esta vez sí, para creer que lo que no pudo
ser esta ve si se cumplirá, para dejar que se repita esa plaza en silencio con
un rachear de zapatilla llevando al hijo de Dios en su Buena Muerte.
40
días para que la sonrisa de un niño dibuje el amanecer radiante de un Glorioso
Domingo, para que una calle despliegue su esencia de azahar para endulzar el
amargo momento de mi Señor Orante y que la emoción se haga gente, y la gente se
haga plegaria, y la plegaria se convierta en verdadera Oración en la calle.
Porque
cuando llega se fue, cuando está se nos va, cuando se quiere quedar pasa de
largo. Por eso benditos 40 días que hacen que lo efímero del tiempo lo podamos
calmar y hacer una paradita en nuestra imaginación, fantaseando con una calle
repleta de Redención al clamor de un barrio o de una judería de negro ruan y
espigados capirotes rezando el Santo Vía Crucis tras ver a su hijo sentenciado.
40
días que permiten, una vez más, volver a ser niño, volver a vivir lo vivido,
casi exactamente igual, que te dejan creer que nada ha cambiado cuando ya nada
es igual, que permiten recordar como una madre llena de Angustias vuelve a su
barrio esta ve para quedarse ante la mirada de miles de fieles que no quieren
despertar de su sueño.
Dejemos
volar nuestra imaginación, vivamos intensamente lo que llega, porque solo cada
uno de nosotros podemos parar el tiempo, cada uno en nuestro interior sabe cuál
su momento irrepetible, ese que queremos que se repita una y otra vez, un año y
otro más, tantas veces como queramos porque mientras se va desgranando uno a
uno cada uno de los días, la vida parece que nos da una nueva oportunidad para
ilusionarnos con lo que vendrá.
40
días para vivir, 40 días para soñar, 40 días para la gloria.
jueves, marzo 06, 2014
miércoles, marzo 05, 2014
martes, marzo 04, 2014
lunes, marzo 03, 2014
domingo, marzo 02, 2014
BUENA MUERTE NO ES DE SILENCIO
Buena Muerte no es de silencio
¿A qué suena la cofradía de la Buena Muerte? La memoria la idealiza a vecescomo un silencio liso como un manto, pero en la ausencia de la música y en el ambiente de oración suenan las cosas. Buena Muerte suena a la madera ligera del paso del Cristo, y al rachear de los costaleros, que parecerá un tópico, pero que es un sabor exquisito en la solitaria Madrugada. Buena Muerte suena a golpes de martillo silenciosos, y al fleco de bellota en los varales, más deslumbrantes todavía cuando el compás les hace cantar los poemas de amor a la Reina de los Mártires.
Buena Muerte suena en el corazón a saetas de Gámez Laserna, a letanía coral para una belleza entre palmas y oro, rojo y plata, a sueños imposibles que alguna vez se hicieron realidad para echarlos de menos.
Buena Muerte suena a la respiración de los costaleros cuando los pasos se detienen y, en la memoria, aunque uno nunca quiere sacarlo de ahí, a unasinfonía de gran música en una noche de noviembre y en una madrugada calurosa de septiembre. Pero Buena Muerte, que pide y hace disfrutar del silencio, que obliga a no hablar o a susurrar con respeto, en realidad no es de silencio, y se guarda la prudencia cuando es necesario dar un golpe en la mesa.
Lo dijo no hace mucho el maestro Antonio Burgos: Montserrat no es de silencio. Era una ocasión en que la admirable cofradía del Viernes Santo sevillano dijo que ya estaba bien de que el laicismo quisiera convertir la Semana Santa y la fe católica que la sustenta en una fiesta costumbrista. Ahora Buena Muerte, que sí que camina por calles sin música pero con rezos, ha sido la primera cofradía cordobesa en clamar contra las necedadesque se dicen desde hace unos días sobre la Catedral de Córdoba.
Su Cabildo de Oficiales no ha podido decirlo más claro: no entienden cómo tras 800 años de presencia cristiana puede haber dudas. Y rematan: «Particularmente y como venimos haciendo desde hace años, seguiremos realizando Estación de Penitencia con nuestras Sagradas Imágenes en la Santa Iglesia Catedral cada Madrugada del Viernes Santo». ¿Es de silencio quien pasa a veces por calles vacías llevando el cirio en alto y el esparto ceñido? ¿Es de silencio quien da testimonio de fe cuando el mundo y el tiempo parecen aconsejar estar calladito? De quien más y mejor ha callado cuando tenía que hacerlo ha salido la primera voz de las cofradías de Córdoba para hacerse oír en un coro de grillos descarados. Es de esperar que no sea la última.
sábado, marzo 01, 2014
EL CIRINEO: FARISEÍSMO COFRADE
El Cirineo: Fariseímo Cofrade
Desde
siempre, el Universo Cofrade se compuso de una multiplicidad de factores
diversos que configuran su realidad. Esto no es un fenómeno nuevo sino que
desde que existe memoria, la diversidad y la mezcolanza han ido configurando lo
que hoy conocemos como Semana Santa. Si no existiese la variedad todo sería muy
aburrido desde luego. Y deberíamos aprender a apreciar la belleza de todos esos
ingredientes, los blancos y los negros, los brillantes y los íntimos... Es
evidente que cuando confluyen aspectos muy distintos, el gusto personal entra
en juego y por tanto habrá elementos que nos satisfagan más o menos. Pero con
independencia de lo que nos gusta o no, minimizar la riqueza de lo distinto nos
reduce a seres sumidos en la prepotencia y el etnocentrismo.
Uno
de los componentes del movimiento cofrade que desde ciertos sectores se viene
menospreciando, desde un plano de superioridad moral (lo que viene siendo
“mirando por encima del hombro al que sabe menos que yo”) es lo que algunos
peyorativamente denominan espectáculo. Cuando se habla en ciertos foros de la
forma de andar de determinados pasos o la configuración de algunos cortejos,
muchas veces se hace utilizando expresiones que a veces destilan una soberbia
suprema.
Y
suele hacerse desde la defensa de una bandera de pureza que poco tiene que ver
con la realidad. ¿Hay pasos que se dedican a buscar el espectáculo?. Por
supuesto… desde que el Concilio de Trento sentó las bases de lo que hoy
conocemos como Semana Santa, y la Iglesia decidió catequizar al pueblo
mayoritariamente analfabeto y que jamás tendría acceso a las Sagradas
Escrituras salvo a través de Imágenes que se pusieran en la calle para mostrar
y enseñar la Pasión de Cristo, la Semana Santa tiene un componente de
espectáculo incuestionable. Un componente imprescindible sin el que jamás se
hubiese extendido entre el pueblo como una mancha de aceite y sin el que
perdería todo su sentido y todo el interés para el gran público.
Sin
perder de vista la elemental esencia religiosa de esta manifestación, ¿es
necesariamente negativo que la masa se acerque al fenómeno cofrade? ¿La mayoría
de quienes participan, en forma de bulla, lo hace únicamente por el espectáculo
y no tiene el menor interés por el significado religioso en que se fundamenta?
¿Y qué? En mi opinión (otra vez la manida palabra), si se logra que un pequeño
porcentaje, por ínfimo que este sea, se acerque al mensaje de aquél hombre
llamado Jesús de Nazaret, bien empleado está. También es espectáculo el rachear
costalero, el roce de las bambalinas de un palio adentrándose en Deanes en el
silencio de la madrugada, la salida de Ánimas cuando la negrura de la noche
empieza a imponerse sobre la tarde del Lunes Santo, o la Divina zancada del Señor
de Sevilla y sin embargo nadie opone el más mínimo reparo.
No
seamos fariseos ni juguemos a ser místicos. La música que acompaña al Santísimo
Cristo de las Tres Caídas de Triana, la forma de andar de la Cuadrilla de
Humildad y Paciencia, El Gitano de Córdoba o del Soberano Poder del Barrio
León, logran cada año lo que la Iglesia no consigue desde que el Catolicismo
dejó de ser la religión oficial del Estado. Llenar las plazas y llegar al
pueblo. Conseguir que la juventud se acerque a Él. Es cierto que puede que sólo
una pequeña parte de la masa humana que se congrega a su alrededor logre mirar
a Jesús a los ojos y escucharle, pero con uno sólo que lo encuentre gracias al
espectáculo que le rodea, ya se habrá logrado mucho más de lo que el misticismo
barato ha logrado nunca. Que se acerque a Él en el ejercicio de su libertad.
Renegar
del espectáculo de la Semana Santa, demuestra una miopía infinita. Otra cosa
será que los cofrades intentemos dar un paso más para no quedarnos en la mera
exhibición; superar lo superficial y avanzar en la búsqueda de lo sustancial.
Pero jamás renegando del espectáculo porque este, en gran medida, es el nexo de
unión entre lo que de verdad somos y ese pueblo cada vez más alejado de la
Iglesia, al que queremos y debemos llegar. Atraer hasta Dios a quien no lo
necesita, porque ya está cerca de Él, de nada sirve y en ocasiones puede
resultar absurdo. La luz que hay que encender es precisamente la de quien vive
en su lejanía.
No
olvidemos nunca uno de los pilares básicos en que se asienta todo esto,
Catequizar. Y para lograrlo primero hay que captar la atención del que se
encuentra enfrente. Tiempo habrá de exigir a posteriori a Hermandades y a
Jerarquía Eclesiástica (Consiliarios y Palacio) que sepan aprovechar el enorme
caudal humano que genera nuestra Semana Santa.
Guillermo Rodríguez
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