VALORES
Y COMPROMISO
El pasado viernes en mi
blog cofrade de Amigos de Pachi, coloqué un artículo de una persona que bajo el
pseudónimo de SOLEDAD FRANCISCANA, hizo un reconocimiento a la labor de los
cofrades que ya peinan canas y dejan sus sitios o aún les cuesta dejarlos por
su devoción a los fieles o por el motivo que sea.
Y es de resaltar que en
estas personas si hay algo que se pueda destacar o saber valorar fue siempre su
compromiso y sus valores hacia los titulares y hacia los que les enseñaron el
camino de cómo se deben de hacer las cosas dentro de una hermandad y el respeto
que se hay que tener y se debe tener.
Y comienzo así este
artículo de hoy porque me da mucha pena de las nuevas generaciones que están
entrando ahora en nuestras hermandades. No digo que sean todos. Pero me ha
llamado poderosamente la atención en el mundo del costal lo que he vivido y
visto.
Sabido es por parte de
los que nos movemos en el mundo del costalero la gran afluencia de nuevos
componentes de cuadrillas que está habiendo en estos momentos. La verdad que
hay una manifestación importante en número de elementos que invitan a tener
buenas expectativas de que los pasos seguirán llevándose a costaleros.
Pero cuales mi
sorpresa, y por eso es el título de este artículo, que a la misma vez que esto
está sucediendo y vemos que los costaleros se saben hacer la “ropa” mejor,
seguimos con los costales de todo tipo, unos se remangan los pantalones, otros
lucen más músculos o cualquier tipo de indumentaria que pueda gustar o llamar
la atención, cada vez hay menos compromiso y valores a la hora de estar en un
ensayo o simplemente a la hora de ir a un ensayo.
“Costaleros” que
cualquier excusa es buena para no ir a dicho ensayo, o no ser puntuales o como
he visto y me quedé atónito a mitad de ensayo se marchan por que han quedado o
después de algunos ensayos se marchan de dicho paso por que el capataz de turno
no lo ha puesto donde él piensa que debe ir o porque no le gustan las formas de
andar o mandar o lo que sea.
Lo siento mucho, pero
para mí ese tipo de personajillos no se pueden llamar “costaleros”. Ser
costalero es una bendita afición, me da igual que sean hermanos o solo eso
aficionados al costal. Cuando yo empecé allá por el año 1986, estábamos locos
porque dieran las nueve para estar allí ya. Estábamos locos por volver a vernos
y compartir nuestras vivencias y experiencias de la igualá o del ensayo
anterior. Estábamos locos por ensayar, por el ambiente que se vivía allí debajo
de los pasos. Aunque los kilos nos pudiesen, siempre había un costalero más
experimentado que te ayudaba o enseñaba. Pero ahora, los de ahora, ya saben
hacer de todo y como yo digo no llegan ni saber cuáles el encanto de una
trabajadera en su cuello.
Están más preocupados
de cómo ir vestidos para que lo observen y hablen de él, que de otra cosa. Los
protagonistas quieren ser ellos. Aún no se han enterado que los protagonistas
están apoyados en su cerviz. Que hay unos señores de negro que son a los cuales
tienen que respetar, obedecer y ser fieles a sus normas. No entiendo que haya
costaleros que sepan que con su primer año de costalero o a lo sumo dos sepan
más que los demás. Y encima los demás estén equivocados, ellos no.
Vamos a recuperar lo
que se vivía debajo de un paso. Si tu vienes a una igualá, ten compromiso,
respeto y trabaja. Los demás llevamos años haciéndolo en la medida de nuestras
posibilidades y habilidades. Ya te llegará a ti, tu momento.
En Córdoba a 36 días de
que el cancel de la Puerta de San Lorenzo se abra en el año del Señor.
Pachi Giraldo.
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