¿DÓNDE
NOS HEMOS DEJADO EL COMUNICARNOS CARA A CARA?
Está
visto y comprobado que las circunstancias que acontecen cada día nos dejan más
perplejos y a la vez nos sorprenden aún más si cabe. Antes un apretón de manos
y una afirmación entre buenos hombres o buenas personas valía, incluso más, que
una firma.
En
la tesitura que nos encontramos, y con las idas y venidas, de las personas ni
un apretón de manos es válido y casi me atrevería a decir que la estampación de
una firma. Nos encontramos que las historias de algún problema o suceso, solo
se suele escuchar una de las partes, dictando sentencia muy pronto. Solemos ser
jueces y justicieros sólo escuchando a una de las partes.
Así
lo único que seremos es parte subjetiva de esa historia y no seremos parte
objetiva. Pero así nos movemos hoy en día. Ahora vemos cómo un entrenador le
dice a un jugador que no cuenta con él, vía telefónica. Ya no se suele hablar
cara a cara y escuchar la versión de las dos partes implicadas en la historia.
Ejemplos que deberían de enseñar y de mostrar cómo se deben de hacer las cosas,
pero que no lo son.
Hasta
un burofax sirve para decir que no se quiere seguir. Cuidado que se puede poner
de moda ahora el burofax. Problemas, por suerte o desgracia, siempre los va a
haber. Pero porque no intentamos sentarnos y hablar cara a cara. O cómo antes
en la barra de algún bar y se cerraban los acuerdos, las ventas y compras de
cualquier cosa o asunto. Después de este año sin poder salir ninguna hermandad,
no llego a entender algunas decisiones por parte de su junta, de la no
continuidad de trabajos que sólo llevaban poco más de un año demostrando su
trabajo.
Dicen
que las cosas se tienen que decir a la cara, aunque duelan. Es mejor que
decirlas por una llamada telefónica porque nos podemos ver y de camino
contemplar los semblantes de las miradas. Y por supuesto mucho mejor que por
cualquier estilo de mensaje de las muchas variedades que hay hoy en día. Por
supuesto habrá acuerdos que por la distancia serán así, pero los de por aquí de
andar por casa, creo que es mejor cara a cara. Es muy fácil esconderse tras un
ordenador, un móvil o tablet.
Lo
estamos pasando bastante mal con la situación que se nos ha venido encima en
este año 2020. Intentemos nosotros aliviar siendo lo que realmente somos.
Volvamos a mirar nos para hablar. Para nadie será fácil, pero menos aún para el
que recibe una mala noticia, sin conocer cómo se encuentra emocionalmente en
esos momentos.
En
esta vida todos nos podemos equivocar, no somos nadie perfectos. Pero dejemos
de querer serlo.
Hablaba
el otro día con un Hermano Mayor de una hermandad de nuestra ciudad. Y lo hacíamos
en plan de broma sobre una foto de un bar de Sevilla, que ponía en su cuenta
atrás para que llegue el Martes Santo, los días que restan para el Martes Santo
del 2022. Del tono de broma pasamos al tono formal de una conversación. Daba
por hecho que el año que viene, por desgracia lo tendremos muy difícil y
complicado, poder disfrutar de procesiones. Por supuesto Semana Santa habrá
como la de este año, pero que las hermandades no tengan la fuente de ingresos
por segundo año consecutivo puede ser un lastre muy complicado y difícil.
Les
dejo por esta semana, sean felices y extrapolenlo. Semana dura porque se ha
llevado a un banderín elevado al cielo y a un costalero pontanés donde su
costal era el lugar de apoyo de una caña afligida. Esperemos que ese banderín
siga elevándose allí arriba junto a Él, Agonía azul llena de Salud. Y ese
costal sea un Afligido en el reino de los cielos andando de frente y echando un
izquierdo valiente y dulce como un Rosario. Que vuestros respectivos Titulares
os reciban y acojan cómo os merecéis.
Pachi
Giraldo