MEMORIA
HISTÓRICA
Hoy día nos movemos en un mundo donde la tecnología y
el conocimiento nos envuelven. Nos encontramos en un mundo globalizado donde, y
permitidme el símil exagerado, si se cae una hoja de un árbol en Filipinas se
desata un tormenta en Las Azores.
La información nos rodea de tal forma que estamos a un
solo golpe de clic de cualquier noticia, artículo, estadística o imagen del
tema que más nos interese.
Para muchos no hace falta tener un título
universitario ni haber realizado ningún prestigioso máster impartido por una
gran facultad de ciencias, para darte lecciones de historia, economía o
medicina tan solo por haber leído el wikipedia de tal o cual tema.
En la actualidad no es imprescindible haber vivido
experiencias cofrades, no sirve haber pertenecido a una junta o haber
participado en los distintos proyectos de una hermandad, hoy sirve más haberse
empapado de cientos de videos del Youtube, haber leído decenas de blogs
cofrades o haber visitado decenas de tabernas para dictar cátedra cofradiera.
Últimamente, será por el cambio climático, están
brotando unos personajes, que carecen de memoria histórica, que se permiten
darte lecciones llevando cuatro días, que no se cortan en mandar callar a quien
tienen delante sin tener respeto siquiera por su cabeza plateada, se mezclan con todos nosotros y hasta tienen
cada vez más voto en ciertas decisiones de nuestras cofradías.
Cualquiera de ellos al nombrarle un determinado misterio
es capaz de hacer referencia a otros diez, de alguna ciudad vecina, comandados
por este o aquel capataz y con unas marchas concretas atravesando una plaza o
subiendo una cuesta con un estilo que, para ellos, jamás estaremos a la altura.
Si coincidís con alguno de ellos en cualquier
tertulia, procurad medir las palabras o reflexiones, porque de momento miran
como si fueras nuevo en este mundo haciéndote ver con su expresión lo ignorante
que eres lo mucho que tienes que
aprender.
¿Lo mucho que tengo que aprender? Vamos a ver, que mientras visionaban videos
regalados para Navidad más de uno ya había limpiado plata, ceñido una faja o
puesto un capirote.
Estamos viviendo en un mundo donde el respeto a la
experiencia se va perdiendo, donde la búsqueda de la técnica perfecta, la
excelsa plasticidad o el inmejorable movimiento de una bambalina siempre
orientados y dirigidos por estos personajes recién aparecidos, han matado la
ilusión, la emoción y la capacidad de sorprender.
Yo aún me quedo embelesado cuando oigo a los mayores
narrar como se rellenaba un palio con abundancia floral para ocultar las
deficiencia de enseres hace una treintena de años, o como se tuvieron que unir varias cuadrillas
para sacar por primera vez aquel Nazareno, o como treinta valientes de baldosa
a baldosa hacían una estación de penitencia con bajada interminable de alguna
cuesta paseando a la Madre de Dios.
Señores menos fachada, menos Youtube, menos
prepotencia.... más MEMORIA HISTÓRICA. Sigamos escuchando a los que un día decidieron
trabajar por nuestras cofradías, agradezcamos que nos enseñen como sin medios
se atrevieron a montar un cortejo en la calle y pasear a nuestros titulares con
muchísima dignidad, no prejuzguemos a los que tenemos al lado por no saber cuál
es la última marcha o el nombramiento del último capataz y sobretodo no
perdamos la capacidad de aprender de quien una vez puso la semilla de esta
bendita devoción en todos nosotros.
SOLEDAD
FRANCISCANA
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