QUÉ LA
ILUSIÓN NO
NOS
VUELVA NECIOS
Buenas tardes de nuevo a todas
las personas de bien y espero se encuentren ya vacunados o en puertas de ellos,
en una tarde donde el 40 de mayo ha pasado y nos encontramos con la realidad de
la temperatura estival de golpe y porrazo.
Algunos habíamos quitado el
sayo hace una semana y el fin de semana algunos lo echamos en falta, pero ha
sido por un día y el astro rey sol el pasado domingo festividad del Corpus
Christi, ya nos mostró lo que se avecinaba en esta semana. El Sol brilló como
no podía ser de otra manera en dicha festividad y que por desgracia no le damos
la importancia que debe de tener entre todos. Es el verdadero sentido a nuestra
fe.
En la parroquia en la que
estuve, no vi mucha afluencia de feligreses jóvenes, como siempre los
feligreses con más experiencia eran los que nos ganaban en amplia mayoría. Una
pena, pero deberíamos de resetearnos un poco y dejad de mirar nuestros
ombligos. Quizás el simple hecho de entrar en una parroquia y sentarnos frente
a un sagrario y rezad al Cuerpo de Cristo, nos ayudaría un poco más en el
devenir de nuestras almas y conciencias.
Y metidos en faena, nos
estamos envalentonando un poco con las buenas noticias de que parece que le
estamos ganando el pulso a la pandemia. Cierto, así parece que es. Pero no es
menos cierto, que todos los días hay contagios y lo que es mucho peor sigue
falleciendo mucha gente. Mucha menos que antes, cierto, pero sigue muriendo
demasiadas personas. Así, el pasado miércoles hablaba con una enfermera de un
hospital de nuestra ciudad y me comentaba que ha sido durísimo, está siendo más
duro aún y que por desgracia seguirá siendo más complicado aún.
Y es que no nos damos cuenta
que el bicho sigue estando fuera, y sobre todo los más jóvenes, y mi amiga me
comentaba la terrible situación de una familia que, a causa de uno de los
miembros más jóvenes de dicha familia, había caído ya tres familiares. ¡De una
misma familia! La dureza de la vida es esta y la crueldad de la misma porque no
me quiero imaginar como estará la conciencia de ese joven por su imprudencia y
arrogancia de pensar que él nunca se contagiaría.
Se está abriendo el campo a
que se empiecen a organizar eventos donde la afluencia de espectadores sea ya
un hecho. Magnífico porque debemos de recuperar lo que teníamos antes. Pero
debemos de seguir siendo prudentes, vaya a ser que la ilusión por tener de
nuevo procesiones, actos o conciertos nos vuelva necios por completo.
Las instituciones que nos
gobiernan y las eclesiásticas nos están abriendo la puerta de poder organizar
ya, parece que sí, de nuevo procesiones por las calles de nuestra tierra
andaluza. El Arzobispo saliente de Sevilla, el entrante, nuestro Obispo de
Córdoba lo dejó entre ver ya hace un par de domingos y desde la Consejería de
Salud y Familia de la Junta de Andalucía, con su comité de expertos -aquí si
hay y no son invisibles- y el consejero D. Jesús Aguirre y el presidente de la
Junta D. Juan Manuel Moreno, parece que dejan entrever la posibilidad real de que
vuelvan las procesiones.
Me gusta la valentía, pero con
su grado proporcional de prudencia y respeto a la pandemia. Así que caminando
de frente y con sentimiento no nos pongamos a correr que aún queda calzada por transitar.
Por cierto, la izquierda
rancia y fascista sigue ere que ere con sus obsesiones absurdas de los bienes
inmateriales de la Iglesia. Los que callan por conveniencia y siguen son su
postura del egipcio, para demostrar que están pendientes de lo que a la
sociedad le preocupa, la factura de la luz, los ere, los indultos, la pandemia
y sus contagios y los que ya no dirán nunca nada más, los trabajos en especial
de los autónomos y como nos acribillan a impuestos y quieren quedarse con lo de
nuestros padres. Yo ahí lo dejo.
Sean felices y extrapólenlo,
pero recuerden que no debemos de recaer por cuarta o quinta vez, que no me
acuerdo ya cuantas veces hemos caído. Disfruten con sapiencia, que algunas
veces veo que a algunos les falta mucho por tener una pizca de ella.
Pachi Giraldo
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