Me
siento delante de mi portátil para escribir un nuevo artículo, de
mis viernes en Gente de Paz, y cuando empiezo a escribir con una idea
para desarrollar o sobre una opinión que exponer, se me vienen más
ideas que por momentos me saturan mi cabeza.
Es
difícil de entender que nos pongamos todos a opinar de unos temas o
de otros y no hagamos, de verdad, un verdadero examen de conciencia
cada uno de nosotros con nosotros mismos. Y es que es más que fácil,
criticar a este porque ha dicho o hecho esto, o aquel que opinado de
esta manera por aquello.
Somos
muchas veces, difíciles de entender. Donde debemos de poner el
límite, o donde debemos de poner, un hasta aquí llego, o porque soy
así ahora. Estamos más preocupados de la vida de los demás que de
la nuestra propiamente dicho. Se ven hechos que no dejan de
sorprendernos por mucho que no queramos que nos sorprendan.
Y
por supuesto, no quiero pasar por alto, que los estamentos de la
ciudad, ellos solo se ponen nota, y muy deficiente por cierto, cuando
para estos estamentos hay sectores que no los quieren ni ver por
ningún lado y menos aún cuando estos sectores huelen a incienso,
llevan cera y por supuesto sacan una imagen a la calle en un paso
procesional.
Que
triste es todo esto, estamos situados en nuestro egoísmo y “yoismo”,
que no nos deja ver nada más que hasta donde termina nuestra nariz.
Y hablo en general, y todos es todos, los que me leen, como los que
no me leen, estamos ubicados en nuestro reino Taifas y al igual que
los estamentos no se mueven de su sitio, a nosotros nos pasa lo
mismo.
La
verdad sea dicha, o por lo menos, mi verdad, que vemos las cosas como
nos interesa a cada uno de nosotros. Es complicado, muy complicado
ponerse en la piel del otro, y esto es en general. Así nos
tendríamos que meter la mano en el corazón y sacarlo y hablarle y
preguntarnos si lo estamos haciendo bien. Pero no con nosotros que no
lo dudo, sino con los demás.
Cuando
tienes algún asunto del que hablar suceden cosas que te quitan las
ganas de hablar de estos asuntos, y ponerte a mirar a tu alrededor
para darte cuenta de que estamos haciendo. Te entran ganas de chillar
y a la misma vez de llorar.
De
esta manera te das cuenta que todo lo hacemos muy complicado, por el
motivo que sea, por que ese motivo es de cada uno y además según
cada uno es muy personal. Entonces, que está bien hecho o mal.
Podría hablar de, por ejemplo, del Vía Crucis de la Agrupación de
Hermandades de Córdoba, pero si lo haces, se molestan los
organizadores, se molestan los participantes, se molestan y de que
manera los protagonistas. Protagonistas que al final de cuentas solo
deberían de ser invisibles, pero estamos donde estamos, y es lo que
hay. Y por supuesto si comparas con el Vía Crucis del Consejo de
Hermandades de Sevilla, como se hizo uno y otro, pues te das cuenta
que vamos a nuestro avío y no hacemos las cosas como se deben de
hacer. Utilizamos un Vía Crucis de todas las hermandades, como una
salida procesional extraordinaria, y esto es así. Y que quede muy
claro, que crítico con respeto y educación, que últimamente el Vía
Crucis de la Agrupación de Hermandades de Córdoba, parece más una
salida procesional extraordinaria que lo que dice su nombre.
Podría
hablar de la negativa por parte del Ayuntamiento a autorizar a una
hermandad salir desde un centro cívico, que se supone que es para
todo el mundo, pero se ve que no es así. Es un centro cívico sólo,
con este gobierno municipal para su gente o los que ellos creen
conveniente. Esto es así, de igual manera cada uno hace las cosas
como les interesa. Se esconden las cosas por que como se hacen por el
interés y el quedar bien de unos, se enmascara para que los otros no
se enteren y si se enteran, ya sea tarde para poder abrir la boca y
protestar.
Así
estamos y de momento es lo que hay.
Sean
felices y extrapolenlo, no se lo guarden solo para ustedes. Lo mejor
de todo esto que siempre, siempre, siempre, quedará alguien con
sentido común y vea las cosas como son, a pesar de todas las
cortinas que se suelen poner para tapar tanto engaño y mentira.
Pachi
Giraldo
Pd.-
Y la calle para la zaga de capataces Sáez, p'acuando?
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