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domingo, marzo 31, 2019

PREGÓN DEL COSTALERO DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA 2019


Pregón del Costalero de la ciudad de Córdoba 2019


Anoche D. Ángel Carrero Pérez-Angulo, deleitó al público asistente con un pregón lleno de experiencias bajo las trabajaderas y del mundo del llamador. Desde su desglose por los distintos pasos en los cuáles ha salido de costalero o capataz, realizó un recorrido por la Córdoba cofrade.


Visitó en su recorrido el Viernes de Dolores a la Señora de Córdoba, "como si de ríos de fe se tratase" para ver a una "Madre atravesada por siete puñales y a un Hijo vendido por unas monedas de plata". Recordando a los fieles cordobeses visitando a su Virgen.


Hizo una mención especial y nos comparo con Pilatos, al ser como él y lavarnos las manos con las injusticias de este mundo. Verdades como puños.


Al tocar con sus manos su viejo esparto, se le vienen a la memoria muchos recuerdos. Recuerda aquella época no muy lejana de ensayos interminables, cuadrillas que cobraban milagros, zancos desgastados y trabajaderas arañadas por quiénes imploraban algo más de fuerza. Ese recuerdo nos hizo ver la diferencia entre las cuadrillas justas de hombres de corazón sin igual a las de hoy dobladas que imperan otros sentimientos distintos.


Recordó la mañana de Domingo de Ramos con la salida del Señor de los Reyes en su Entrada Triunfal, o su paso por el palio de la Esperanza, donde mencionó a su madre, que esas catequesis de los lunes no eran otras que sus primeros ensayo de costalero. Mencionó a Martínez Cerrillo con una de sus niñas. Recordando ese Domingo de Ramos tan duro por el calor y el recorrido.


El Lunes Santo lo recuerda en su inicio con un juicio imparcial e injusto, con el nacido para celebrar la vida. Menciona a Lorenzo de Juan, llamar a su cuadrilla Centuriones de la Sentencia, "¿sois conscientes de la tremenda injusticia que vuestro costal soporta y que vuestro impecable andar honra? Nos apunta el pregonero.


Otro apunte es el recuerdo en el palio de Gracia y Amparo, para Antonio y Jairo, capataces y compañeros, amigos y costaleros: "Que bendito oficio es este de evagenlizar con amigos".


Otro momento de su pregón relata otro instante de su vida de costalero, cuando llega a la Catedral, con un paso comandado por el "americano" y cuando parecía no poder aguantar un ese giro tan peculiar notó el brazo de un amigo que le ayudó a terminar junto a todos ellos esa chicota y ese momento de dificultad.


Llega al Miércoles Santo, recuerda a Juan Berrocal el capataz de aquella cuadrilla, el cual le dio tres calles en su primer año y eso le sirvió para respetar a los mayores. Hace mención de esa chicota inolvidable de ese misterio, tras ellos la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, y una manta de seis marchas donde Juanito "el cambios" alzó su voz para arrengarnos y decir quien éramos y a quien llevabamos arriba, al Señor de Humildad y Paciencia. Exalta que aquella chicota fue tocar el cielo con las manos.


Otro momento de su vida es ver la mañana del Jueves Santo en su casa, las túnicas colgadas de dos de sus hermandades, Señor de la Caridad y Buena Muerte. Elogia a la Legión, y dice algo tan bello de ellos como "Hermanos de Honor de esta cuesta casa, cuya tradición malentendida oculta la belleza de lo original y transparente, que ante las preguntas de la Córdoba más voraz e impertinente, siempre responderé que a Dios se acerca toda clase de gentes y que no distingue ni a señores, ni a sirvientes ".


Realza que en la cuadrilla del Señor de la Caridad, no hay modas ni matices, ni escala ni jerarquía, ni capataces figurantes, ni chicotas interminables, ni costaleros comediantes ni fotos en redes sociales. Se podría decir que anonimato por los cuatro costados. Promesas que se cumplen bajo el dolor verdadero por dejar de ser tu costalero.


Recordó de Rafael del Olmo a Juan Rodriguez, y a otros capataces que fueron los encargados de mandar a la cuadrilla del Compás de San Francisco, donde el tiempo se para en el horizonte de sus vidas.


Allí, su amigo el "Americano" le hizo vestir por primera vez el terno negro. Dando le a ese niño al frente de una cuadrilla con canas. Ver salir a mi Señor en el mejor sitio posible.


Consummatum est. El Viernes Santo, Dios expira, en una mañana de luto y mantilla. Allí intenta Ángel, el capataz, expresar que es para él lo que su gente de abajo va a llevar, "Ser costalero es ser un siervo de Dios para humanizar el caminar de la Fe". "Es convertir en arte el son de una marcha o el racheo de tu silencio". Alecciona a sus costaleros con una humildad impropia de su juventud y de los tiempos que corren.


Recuerda una chicota de las duras de verdad, a causa de la posibilidad de agua, donde la música fue el rachear, donde los corazones latían aún más fuerte que el golpe de un llamador, y para dar un merecido descanso ante tal magnitud de chicota que acabó dentro de San Pablo. Chicota de hombres de fé, por su Cristo de la Expiración.


Terminó exaltando y glorificando que al Tercer día resucitó. El verdadero sentido de nuestra existencia y fé. Bajo la marcha Resucitó.

El acto comenzó con la presentación del mismo de Manuel Cejudo, donde tuvo unas palabras de recuerdo impresionantes hacia Antonio García Montes, el Chopo, que su reciente fallecimiento. Hombres como él debería de haber muchos más en la Tierra y no en el Cielo. De categoría Manolo, de categoría celestial.


La Agrupación Musical Maestro Manuel Pozo Lifona, de Almodóvar del Río (Córdoba) nos puso en ambiente con las marchas procesionales. Costalero dedicada a "nuestro Chopo", Reo de Muerte (petición pregonero), De vuelta al Porvenir, Judería Sevillana y Resucitó que fue dentro del pregón.


La presentación del pregonero fue realizada por su amigo Jairo Abril Yanguas, donde nos presentó a alguien más que un pregonero, nos presentó a su amigo desde la infancia y destacó esa amistad.


Una tarde noche mágica, con recuerdos, sentimientos, momentos inolvidables para cada uno de los miembros de esta humilde Comisión del Pregón del Costalero de la ciudad de Córdoba.


Pachi Giraldo







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