LOS
PODERES FACTICOS
Buenas tardes a todas las
personas de bien, espero y deseo que se encuentren buenas y podamos ir dando
larga a la pandemia que tanto daño está causando.
En mi artículo de hoy hablo de
los poderes facticos que tenemos en la sociedad actualmente. Si esos poderes
que no son los políticos, sino la banca, la religión -sea la que sea-, los
medios de comunicación y todo aquel que influye en la toma de decisión de
alguien manejándolo a su entero antojo y con el agravante de esconderse tras un
visillo.
El otro día sobre una noticia
que la Junta de Andalucía publicaba en torno a los festejos como romerías,
ferias y procesiones que como bien sabemos en Andalucía son muy importantes, un
medio de prensa escrita modificaba y enturbiaba la orden escrita a su entero
antojo. ¿Para qué? ¿Por votos para la tendencia política del partido que son
ellos partidarios? ¿Por crear un revuelo para que se molesten los que respetan
las normas? ¿Qué objetivo tienen? Molestos porque parece que este gobierno que
está actualmente lo está haciendo algo mejor, siendo muy condescendiente, que
el anterior que tiene experiencia en dilapidar millonadas y millones de euros
en ya saben en qué.
Muy triste la verdad, sea
dicha, nos movemos o nos dejamos mover por las palabras que van con una mala
intención que no llego a comprender.
Otro medio cofrade publicaba
una noticia no hace mucho en la cual exponía un hecho que tiene una importancia
de una hermandad de la ciudad y justamente otro medio lo decía de una manera totalmente
distinta, pudiendo crear una controversia que no lo veo el sentido. ¿Qué
buscamos con este tipo de noticias? Menos mal que Gente de Paz somos los malos
de la película, jajaja… Pero los números de las visitas diarias a un medio y
otros están ahí, juzguen ustedes mismos, miembros del sanedrín.
Al igual, nos sucede a las
personas de a pie, con el corre y ve dile y con el susurro de que no se lo digas
a la otra parte. Nos pasa a casi todos, seamos del ámbito que seamos. Es triste
y doloroso, pero está demostrado que nos gusta hacer daño hacia la otra persona.
Tengo muy claro que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos.
Todos tenemos un 50% de culpa, cada vez que nos recreamos en susurrar los males
de otro sin importarnos hacer el daño, el que sea y a quién sea.
Quizás deberíamos de mirarnos
cada uno de nosotros más en nuestro interior, lo que ocurre que muchos ya no
ven nada en su interior al tener el lado oscuro con una extensión total en su
moral y valores. Cada uno que se mire un ratito y vea como tiene su interior.
Sean felices y extrapólenlo,
no se lo queden para ustedes. Hoy iniciaría el camino la Hermandad del Rocío de
Córdoba hacia la Ermita, segundo año sin poder realizar ese camino tan especial
como me comentan sus rocieros. Ánimo ya queda menos para volver a la nueva
normalidad.
Pachi Giraldo