Desde un catastrófico incendio a la rotura del retrovisor de un coche al paso de la procesión, todo puede asegurarse y muchas hermandades prefieren no correr riesgos.
15/03/2011 JUAN M. NIZA
- Emergencia La Sangre hizo frente a un inesperado chubasco con un plástico en el 2007.Foto:FRANCISCO GONZALEZ
En EEUU hay estrellas de cine que aseguran sus piernas o firmas que te remuneran si cae un meteorito sobre la casa. Y es que todo puede asegurarse ya, incluido el más mínimo detalle de la actividad de una cofradía. Ciertamente, en este mundo la práctica de hacer estación de penitencia con la espalda guardada no es precisamente una tradición, a pesar de que el origen de las hermandades, en la Edad Media, era precisamente el de cubrir situaciones de desamparo, muerte y enfermedad dentro de un gremio, lo que, curiosamente, en la práctica supone un precedente de los seguros médicos y hasta de la mismísima Seguridad Social.
El caso es que, ironías del destino, con el paso de los siglos las hermandades han pasado de ser entidades aseguradoras , valga la expresión, a ser las que contratan seguros.
A golpe de ratón
Para darse cuenta de lo que se mueve económicamente en este campo, basta darse una vuelta por internet y repasar la cantidad de firmas que aseguran a las hermandades todo lo asegurable, desde el infarto de un costalero bajo el paso hasta un accidente en la mano de una bordadora (hay seguros especiales para artesanos), enseres de bandas de músicas o exclusivamente la capilla donde están los titulares de la hermandad. Un simple ejemplo: la cobertura hasta 12.000 euros para cien costaleros durante dos meses (los de ensayos y salida de la procesión), incluidos los decesos por accidentes e infarto e invalidez de cualquier tipo, viene a salir por 539 euros en www.elsegurodemihermandad.com.
Eso sí, aquí nadie ha inventado la pólvora. De hecho, Córdoba es pionera a nivel nacional con iniciativas como las de Rodolfo Serván Correduría de Seguros, explica el responsable comercial para hermandades de la firma, Joaquín Villegas.
Responsabilidad civil
Para no liarnos, y siguiendo las explicaciones del experto de Rodolfo Serván, se pueden distinguir cuatro tipos de contratos aseguradores. En primer lugar el de responsabilidad civil, que desde hace años es obligatorios cuando se trata de actos públicos. Y no solo procesiones, también las cofradías deben tener seguro a terceros cuando montan una cruz, abren una caseta en la feria e, incluso, para algunos conciertos y hasta conferencias, precisa la ley. Al respecto, ya han pasado los años en los que se contrataba un seguro para cada acto. Ahora compensa pagar un poco más por la prima (en el caso de una hermandad media, 280 euros al año) para estar cubiertos todo el año y en cualquier acto hasta un capital de 601.000 euros. Eso sí, este seguro solo indemniza a terceros.
Accidentes
Para compensar por reveses a los propios miembros de la hermandad hay otras fórmulas, las de los seguros de accidentes colectivos. De hecho, la Agrupación de Cofradías tiene contratado uno con Rodolfo Serván que cubre a sus 52 hermandades en dos momentos distintos: durante la estación de penitencia, hasta 25.844 euros por la muerte accidental e infartos y la invalidez (permanente, absoluta o parcial), así como la asistencia sanitaria (hasta 902 euros), de costaleros, el equipo de capataces y todos los servidores de la cofradía relacionados con esta actividad. Fuera de la procesión, el seguro también cubre a la junta de gobierno y a todos los participantes en montajes y desmontajes de actos, tanto en la procesión como en cultos, cruces, feria, etcétera.
Patrimonio
Un tercer grupo de seguros son los de patrimonio, muy poquito contratados aún por las hermandades, con todo el riesgo que ello conlleva cuando hablamos de entidades que atesoran desde hace décadas, en ocasiones siglos, obras de arte, inmuebles u objetos valiosos que pueden oscilar solo en los casos de hermandades medias entre 500.000 euros y 1,5 millones. Pone los pelos de punta pensar en un incendio que, en caso de destruir el patrimonio de la hermandad (que también lo es de la cultura andaluza) condenaría a la cofradía a su disolución en la práctica. Por ello, Rodolfo Serván tiene un seguro sobre el valor de reposición, sin quedarse en una mera compensación que, al final, poco sirve a una hermandad que sufra una catástrofe así.
Y si llueve...
Pero, quizás, el más llamativo de los seguros cofrades sea el de contingencia, que paga los gastos de una hermandad a consecuencia de la climatología, gastos que generalmente se concentran en el pago de la banda, las flores, la cera (si no se usa, el pago es parcial), labores de accesibilidad, etcétera. En este capítulo, con primas entre 500 y 700 euros, la hermandad a la que se le agüe el día, nunca mejor dicho, puede recibir hasta 12.000 euros, que no está nada mal si pensamos que una hermandad media paga solo por salir a la calla entre 12.000 y 18.000 euros. Y si no, que se lo pregunten a los tesoreros de La Merced, La Vera Cruz y La Sentencia, hermandades que no pudieron salir el pasado año y que, 15 días después, recibieron en conjunto unos 31.000 euros. De hecho, hay 12 cofradías cordobesas con este tipo de seguro.
Eso sí, hay que contratarlo al menos 15 días antes de la procesión. Es el último momento para las apuestas, para decidir si pagar un poco por ir seguro... o pensar que la fe también es cosa de la Aemet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario