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miércoles, marzo 02, 2011

LA SEGUNDA PUERTA DE LA CATEDRAL YA ESTUVO ABIERTA DESDE EL SIGLO XVIII


Los arquitectos no creen que las celosías de Rafael de La-Hoz sean «un elemento a proteger», pero insisten en que tendrán un nuevo lugar

Día 02/03/2011 - 09.48h
Más que una intervención que viene a innovar en un edificio histórico como la Mezquita-Catedral, la operación que se deriva de la retirada de una de las celosías que dan al Patio de los Naranjos supondría la recuperación de una de las puertas históricas del templo, y que hasta ahora permanecía cerrada. El arquitecto Gabriel Ruiz Cabrero, uno de los dos profesionales encargados de la conservación del templo, se refirió ayer al proyecto, recién aprobado por el Cabildo, de retirar una de las celosías construidas por Rafael de La-Hoz para que bajo este arco puedan acceder las cofradías al interior de la Catedral. Insistió en que el desmontaje de esta estructura de 1972 no significará en modo alguno su eliminación, sino su colocación en otro punto de la Catedral, e hizo historia con los arcos en los que ahora están colocadas estas estructuras de madera.
Ruiz Cabrero explicó que hasta bien entrado el siglo XX tres de los cuatro arcos que se sitúan a la derecha de la Puerta de las Palmas estaban tapiados. Era lo que había sucedido con los otros cuatro, los que están a su izquierda, que se muestran así al espectador al día de hoy y que además tienen al otro lado capillas y altares cristianos.
El cuarto arco, el que ahora se quiere abrir para las cofradías, funcionaba desde el siglo XVIII como puerta, según explicó Gabriel Ruiz Cabrero. «Está documentado que había un cancel colocado allí», relató. Su aspecto, concluyó, no sería en aquel momento muy distinto al de otros accesos al del interior de la Catedral, como el que se sitúa junto a la Puerta de Santa Catalina, es decir, el de la puerta con un cancel de madera tradicional en cualquier templo antiguo. «Sería una recuperación histórica», apuntó. El grabado de un viajero inglés de 1813 que se reproduce en esta página muestra esta puerta abierta.
Las intervenciones posteriores comenzaron a dar otro aspecto, puntualizó Gabriel Ruiz Cabrero. Ya en el siglo XX, el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco intervino colocando una puerta de vidrio.
La estética de esta parte de la Catedral quedó fijada en 1972, cuando por la intervención que dirigió Rafael de La-Hoz se derribaron las tapias que cegaban los arcos del lado derecho, las únicas que no tenían altar cristiano, y la luz que entraba se tamizó con las celosías. Ruiz Cabrero se refirió además a la posibilidad de actuar en un edificio como la Mezquita-Catedral de Córdoba, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, cuando las celosías ya estaban colocadas.
Ruiz Cabrero aseguró que las intervenciones y elementos arquitectónicos adquieren valor histórico a partir de los cien años, cuando estas celosías ni siquieran han llegado a los 40. «Cien años puede ser mucho, podríamos hablar de cincuenta, pero en cualquier caso no son un objeto a proteger», afirmó, aunque insistió en que las celosías se conservarán.
Las intervenciones en el monumento no son infrecuentes, ni siquiera cuando suponen la restitución de elementos perdidos por el paso del tiempo. Las constantes restauraciones de las distintas partes del templo han supuesto cambios. Es el caso de la que el Ministerio de Cultura realizó en el crucero y el coro de la Catedral católica. La intervención dio más luz al templo, ya que se abrieron algunas ventanas que permanecían cerradas desde el siglo XVIII. El terremoto de Lisboa había provocado pequeños derrumbamientos y entonces se cegaron. La intervención finalizada en 2009 las volvió a abrir, con lo que el corazón de la Catedral cristiana recuperó la luz con la que la había concebido Hernán Ruiz II.
Tampoco son infrecuentes las actuaciones que afectan a su entorno, la más reciente la construcción del centro de visitantes, que tapa la visión de una parte considerable del muro sur desde el Puente Romano.

Qué hacer

La duda del Cabildo y de los arquitectos ahora está en qué hacer con la estructura de madera. Ruiz Cabrero aclaró que serán los canónigos quienes decidan cómo actuar, aunque apuntó una de las posibilidades. Supondría retirar no sólo la cuarta celosía para las hermandades, sino también la situada a su izquierda.
Ambas se colocarían entonces en los arcos situados a la izquierda de la Puerta de las Palmas, de forma que el espectador tendría ante sus ojos una composición simétrica, con dos celosías a cada lado.
Sobre el proyecto se pronunció ayer el decano del Colegio de Arquitectos de Córdoba, que dejó la decisión en manos de sus compañeros Gabriel Rebollo y Gabriel Ruiz Cabrero el criterio para quitar esa puerta, «que es relativamente contemporánea». «Son dos profesionales que llevan 30 años en la restauración de la Catedral y ellos son los que lo deben decidir», afirmó.
Rafael de La-Hoz Castanys, hijo del arquitecto que diseñó las celosías, afirmó que opinará cuando conozca con detalle el proyecto.

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