A lo largo de los años la estética cofrade ha ido cambiando, hecho que ha propiciado que parte de su patrimonio haya sido olvidado o relegado a un segundo plano.
11/03/2011 FRANCISCO MELLADO
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No hay que irse muy lejos en el tiempo para ver la evolución que la Semana Santa de Córdoba ha experimentado en los últimos 30 o 40 años. Poniéndonos esta fecha de límite tenemos como referente el libro Semana Santa en Córdoba del padre Federico Gutiérrez, hasta hace pocos años la única publicación específica sobre nuestra Semana Santa.
Hojeando las páginas de este clásico, fechado en 1978, nos encontramos con una Semana Santa que apenas reconocemos, ya que, a pesar del corto periodo de tiempo, la parte estética de nuestras corporaciones ha dado un espectacular giro, a veces con gran acierto y otras no tanto, cuyo resultado ha sido la pérdida de un patrimonio vinculado a la historia de nuestra Semana Santa.
Este progreso a veces mal entendido ha propiciado que las cofradías se despojen de aquel patrimonio para ellos inservible o pasado de moda, que en la mayoría de los casos es vendido a otras cofradías.
Entre estas bajas patrimoniales se encuentra el antiguo palio de la Virgen de las Angustias, cuyos restos siguen conservados en alguna colección particular. Mención especial merece el antiguo paso de Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, una exquisita obra de la primera época del sevillano Guzmán Bejarano que fue vendida a una cofradía de la provincia de Jaén.
Afortunadamente, no todo el patrimonio está perdido ya que algunas cofradías aún conservan sus antiguos pasos, usándolos en algunos casos para los montajes de cultos o procesiones extraordinarias. En este grupo se encuentra el antiguo paso del Rescatado, una obra del poco reconocido artista cordobés Antonio Castillo Ariza, dominado por una impresionante peana que realzaba la poderosa imagen del Señor Rescatado, o el paso de guadamecí del Señor de las Penas de San Andrés.
También es recordado el original palio de guadamecíes que Martínez Cerrillo realizó para la Virgen de la Amargura, hoy sustituido en parte por bordados de recorte. Entre los cambios más significativos de los últimos tiempos se encuentra el antiguo paso del Santo Sepulcro, una pieza regalada por el Ayuntamiento de la ciudad en 1874.
En cuanto a los pasos de misterio han desaparecido prácticamente todas las figuras secundarias, una labor que se comenzó en los años 90 del pasado siglo, momento que la ciudad experimenta un nuevo auge de la imaginería. La primera cofradía en cambiar el misterio fue la hermandad de la Sentencia, le siguieron la hermandad de la Paz, cuyo antiguo misterio está hoy en una cofradía de Posadas; el Prendimiento, que paulatinamente arrasó con el misterio completo, Cristo incluido; después sería el Descendimiento el que sustituyó las imágenes secundarias de Amadeo Ruiz Olmos, y finalmente, el Buen Suceso.
Este año, la Semana Santa asistirá a dos importantes cambios, y los dos el Miércoles Santo. Por un lado saldrá por primera vez el nuevo paso de la Misericordia y por última vez el palio de tisú de plata de la Virgen de la Paz, ya que el año que viene estrenará el que actualmente está bordándose en Sevilla.
Piezas aquí reseñadas, aún recuperables, que junto a otras muchas más deberían de estar en el anhelado proyecto del museo cofrade al tratarse de un patrimonio de otros tiempos que forma ya parte de la historia de nuestra Semana Santa.
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