El presidente de la Agrupación de Hermandades hace un balance de la actualidad cofrade.
13/03/2011 JUAN B. VILLALBA CABELLO
EDICIÓN IMPRESA EN PDF
Las cofradías cordobesas viven hoy una etapa de consolidación en nuestra sociedad con un marcado carácter social.
La misión de las hermandades, como miembros de la Iglesia, tiene como objetivo principal dar culto a Jesucristo y su Santísima Madre a través de las distintas advocaciones que adornan el vocabulario cofrade, proyectando esa devoción a las calles de la ciudad de la manera más expresiva y estética en una auténtica manifestación de fe.
Aunque la mayor proyección se obtiene a través de la Semana Santa, es bien cierto que todas las hermandades mantienen sus actividades durante todo el año y no sólo las de penitencia, sino también las denominadas de gloria. Así, los más importantes acontecimientos de la ciudad tienen como protagonistas principales a las cofradías cordobesas. Cruces de mayo, feria, belenes, etcétera, adquieren una mayor brillantez y participación ciudadana.
En todo caso, es importante reseñar la multitud de beneficios que el trabajo desinteresado de los más de treinta mil hermanos de cuota existentes en nuestra capital aportan a la misma. En el exhaustivo estudio de impacto socioeconómico presentado el pasado 2009, realizado con detalle por Analistas Económicos de Andalucía, se reflejan datos dignos de hacerlos llegar a la opinión pública. El impacto económico global de la Semana Santa para la ciudad está valorado en 42 millones de euros con una generación de empleos cercana a los 1.700 anuales.
Según fuentes del INE, se triplica la estancia en Semana Santa respecto a la media del resto del año con una estancia media de 3,6 días/persona frente a 1,6 el resto del año. Estos datos reflejan exclusivamente el impacto de la Semana Santa, quedando fuera del estudio cruces de mayo, feria y otras festividades y acontecimientos como salidas extraordinarias, que revitalizan la economía de no pocos establecimientos, especialmente los hosteleros.
Hemos de significar la dedicación de un porcentaje superior al 15 % del presupuesto de cada cofradía como media, a obras sociales, con un promedio anual de 9.000 euros por hermandad.
A pesar del peso de los datos, la respuesta de nuestra sociedad no se traduce en un apoyo claro y meridiano hacia su labor. Desde estas páginas hemos de reclamar una mayor atención por parte de las instituciones, entidades y empresas. Instituciones que han de entender que nuestra ciudad sería otra sin la Semana Santa y que, por lo tanto, su apoyo ha de estar en proporción a los beneficios que reporta a nuestra ciudad tanto en el ámbito social como en el cultural y económico.
Un gran reto se aproxima que deseamos con entusiasmo se confirme el próximo mes de junio, como es la nominación de Capital Cultural Europea 2016 y, sin embargo, nuestras corporaciones, vivero de riqueza económica, cultural y turística, no tienen esa valoración para los gestores de este acontecimiento tan relevante para nuestra ciudad.
Respecto a los ciudadanos, nuestro mensaje ha de ir encaminado a aquellos que respetan y entienden la importancia religiosa, social, cultural, turística o económica de la Semana Santa cordobesa para que manifiesten su apoyo a las cofradías participando de sus iniciativas, integrándose en las más cercanas a su entorno, colaborando en su obra social y confirmando la esencia cristiana de las mismas con su compromiso de auxilio a los más necesitados.
En cuanto a aquéllos que por motivos diferentes no simpatizan con nuestras creencias y modo de participación en la sociedad, demandarles tolerancia y respeto, invitando a que observen esas otras condiciones positivas que adornan nuestras actuaciones y que tanto beneficio social y económico aportan a la sociedad cordobesa, patrimonio, empleo, riqueza que se reparte equitativamente por nuestros barrios. Sin duda, ese respeto y comprensión de los ciudadanos conllevará un beneficio mayor para la ciudad y la admiración de los visitantes que acarreará mejores perspectivas para el futuro.
Futuro que, en todo caso, se presenta halagüeño con la progresiva incorporación voluntaria de las cofradías, en su recorrido penitencial, a la Santa Iglesia Catedral. Las raíces de nuestra celebración cristiana están ligadas al Templo Mayor de la ciudad y no se ha de entender de otra forma la Semana Santa.
Juventud es sinónimo de futuro, de positivas perspectivas y por ello las cofradías disfrutan de una época de esplendor como no ocurre en la mayoría de instituciones y movimientos asociativos.
El progresivo interés de las hermandades por realizar Estación de Penitencia en la Catedral llevará a nuestra Semana Santa a alcanzar cotas insospechadas años atrás, tanto a nivel interno con su afirmación como entidades de la Iglesia, como en el externo proyectando a nivel internacional nuestra celebración. Nos sentimos verdaderamente satisfechos del camino recorrido y, aún sabiendo que queda un largo trecho por recorrer, hemos conseguido aunar voluntades respecto a lo importante que ha de ser el que un día, esperemos no muy lejano, todas las cofradías cordobesas realicen su recorrido común en el que esté incluido el paso por el interior de la Santa Iglesia Catedral.
El respaldo institucional y el respeto de los cordobeses servirán como acicate para que la proyección de nuestra Semana Santa llegue a todos los confines consiguiendo un significativo aumento de visitantes que trasladarán el nombre de Córdoba como ciudad hospitalaria, tolerante y universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario