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jueves, febrero 18, 2010

(ll PARTE) ENTREVISTA A D. MANUEL ANTONIO SANTIAGO MUÑOZ

Continuamos con la entrevista:
P.- ¿Que dejaría o quitaría de la Semana Santa de Sevilla?
A.S.- Dejaría el anonimato. Y quitaría el protagonismo de tanta gente como costaleros, capataces e incluso la gente del cubrerrostro. En Sevilla se ha mitificado a los costaleros y capataces y esto es así por que existe. por que nuestra Semana Santa es así. El problema es que nos creamos que somos los protagonistas. Yo no puedo detener que la gente hablen de mi, pero si puedo evitar el no creermelo.

P.- Quienes fueron, son o seran los mejores capataces de Sevilla.
A.S.- Históricamente en Sevilla ha habido muy buenos capataces en el siglo XX. En otras épocas estaban Rafael Franco, José Ariza y más adelante Alfonso Borrero, Salvador Dorado, Manuel Santiago...

P.- Si para un padre es importante, o mejor dicho, lo más grande es el nacimiento de un hijo, que es para usted llevar a su hijo al lado mandando un paso de Semana Santa.
A.S.- Un orgullo y una satisfacción que quiera venir con nosotros por ésta devoción, que nos gusta tanto a su abuelo y su padre. Y su apellido es el que le vá y el que tiene y debe saber convivir con el.


P.- Se le critica por que sus pasos de palio se mueven muy poco. ¿Cual debe ser el concepto del andar de un paso?
A.S.- Yo creo que los que llevo se mueven lo que se tienen que mover. Los pasos de palio son un volumen dinámico, armónico, suave. A mí me gustan así los movimientos de un paso más que estridentes, bruscos, con una fuerza desmesurada que es feo para mi humilde punto de vista.

P.- En la memoria tenemos la imagen de su padre y su tito en Córdoba. Hombres que para el mundo del costal significaron mucho. Cuales el legado que le dejó su padre y cuales son las diferencias que se ve usted con el.
A.S.- Me dejó la responsabilidad de ponerme delante de los pasos por la tradición de Sevilla. Además el llevar o la responsabilidad de la salud de la gente de abajo que lleva uno. Ese cuidado y mimo por mis costaleros. 
Yo no soy como mi padre. Como mi padre sólo hubo uno. Debemos identificarnos cada uno fiel a su forma de ser. También evolucionamos según la edad que tenemos, cambiamos. El capataz ideal sería teniendo todas las cartas de la baraja en la mano como son la técnica y saber llegar a la gente de abajo.
Tenemos carácter distintos en la forma de arrengar a los costaleros que es una forma única e irrepetible.
P.- ¿Qué debe exigir un capataz a su equipo de auxiliares?
A.S.- Bueno pues lo mismo que a mí mismo. Sacrificio, esfuerzo y responsabilidad en torno a los pasos. Somos 9 ó 10 y depósito mi total confianza para que las cosas se hagan bien.

P.- ¿Y a sus costaleros?
A.S.- Pues lo mismo que lo anterior. Responsabilidad, sacrificio, devoción y esfuerzo en la pequeña parcela que ocupan bajo la trabajadera.

Continuará...

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