Se ha cumplido el tiempo de la espera y comienza a abrirse el portón del encuentro con Cristo peregrino sobre vuestro océano de
fe. Soltad las amarras de la costumbre y revestíos de túnica y costal, de acólito y servidor. Preparadlo todo junto a la ventana en la repetida noche de la ilusión y comenzad el sueño rezando conmigo la oración de los niños cordobeses al Arcángel de la guarda, que es la vigilancia que Dios le pone a las ciudades de rango:
fe. Soltad las amarras de la costumbre y revestíos de túnica y costal, de acólito y servidor. Preparadlo todo junto a la ventana en la repetida noche de la ilusión y comenzad el sueño rezando conmigo la oración de los niños cordobeses al Arcángel de la guarda, que es la vigilancia que Dios le pone a las ciudades de rango:
A ti, Arcángel Rafael,
que eres dulce compañía
que nos custodia de noche
y nos ampara de día,
Córdoba entera te reza
no quedar nunca perdida,
pues si sus pasos se pierden
¿qué será de nuestra vida?
Rafael, ángel guardián,
Triunfo de fiel medicina,
sigue rogándole a Dios
por esta tierra bendita.
que eres dulce compañía
que nos custodia de noche
y nos ampara de día,
Córdoba entera te reza
no quedar nunca perdida,
pues si sus pasos se pierden
¿qué será de nuestra vida?
Rafael, ángel guardián,
Triunfo de fiel medicina,
sigue rogándole a Dios
por esta tierra bendita.
Antonio Javier Guillaume Sepúlveda
No hay comentarios:
Publicar un comentario