Escrito por José Antonio Rodríguez Jueves, 19 de Noviembre de 2009 07:45
Las gubias de Sebastián Santos siempre estuvieron en el rostro de la Virgen de la Concepción de la Hermandad del Silencio. Pero, no su color. La policromía del rostro y las manos se había vuelto gris y, en algunos casos, presentaba un verdor que nada tenía que ver con los matices que el genial escultor la había dado cuando la ejecutó en 1954.
Enrique Gutiérrez Carrasquilla ha retirado los efectos de los humos de la candelería y del propio paso del tiempo, limitando su intervención a una limpieza que ha dejado en evidencia, no sólo, la calidad de la soberbia talla sino la policromía original que se le aplicó a la dolorosa cuando fue tallada.
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